Lisboa, 20 feb (EFE).- El Gobierno de Portugal decidió modificar las leyes vigentes para poder emitir letras a 18 meses, seis meses más del límite máximo establecido hasta ahora, con el objetivo de mandar una señal de confianza a los inversores.
Según un decreto-ley publicado hoy en el Diario de la República -el boletín oficial del Estado luso-, el satisfactorio resultado de las últimas subastas de deuda pública a corto plazo "aconseja la emisión de letras del Tesoro con un plazo superior a un año".
Desde que solicitara ayuda externa, en abril del pasado año, Portugal sólo emite deuda a corto plazo, ya que sus necesidades financieras a largo plazo están cubiertas por los 78.000 millones de euros prestados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a un interés teóricamente inferior al que debería pagar si recurriera al mercado.
La definición de deuda a corto plazo corresponde a los bonos con un plazo máximo de doce meses, límite que ahora aumenta hasta los 18 meses.
De mayo a diciembre de 2011, el Tesoro luso sólo subastó letras de entre tres y seis meses debido a los altos intereses, que habitualmente son mayores cuanto más largo es el plazo.
Sin embargo, desde que comenzó 2012 Portugal ya ha probado a emitir bonos a once y doce meses, líneas que se han saldado con éxito al conseguir penalizaciones menores que antes del rescate.
La decisión del Gobierno luso de aumentar ahora el plazo máximo se debe a que esta medida, en su opinión, "podrá contribuir a una mejor percepción de los inversores sobre la capacidad de Portugal de recuperar la capacidad de acceso a financiación de medio y largo plazo en el mercado el próximo año".
Agencias de calificación, analistas e inversores han puesto en duda en las últimas semanas que el país pueda regresar al mercado en el segundo semestre de 2013 para emitir títulos a largo plazo, tal y como tiene previsto.
El Ejecutivo portugués, de signo conservador, ha insistido por su parte en que sí será capaz de lograr estos objetivos, restando importancia al elevado interés al que cotizan sus obligaciones en el mercado secundario, donde la rentabilidad de sus títulos a diez años -utilizado habitualmente como referencia- supera el 12 por ciento. EFE