Por Elaine Lies
TOKIO (Reuters) - El primer ministro japonés, Shinzo Abe, reelegido el miércoles por el Parlamento, se prepara para nombrar un nuevo gabinete con un ministro de Defensa cuyo apoyo a una mayor capacidad de ataque preventivo del país podría irritar a China.
Abe ha ignorado las sugerencias de que los bajos niveles de participación electoral devaluaban su victoria y se ha comprometido a seguir adelante con sus políticas económicas "Abenomics" y a protagonizar una política de seguridad más asertiva.
Abe ha elegido a Gen Nakatani para asumir la cartera de Defensa, dijo el secretario jefe del gabinete, Yoshihide Suga. Nakatani reemplazará a Akinori Eto, que fue criticado por el uso de fondos políticos.
Suga dijo que el resto del gabinete se mantendría sin cambios.
La elección de Nakatani para Defensa es un guiño a las preocupaciones por las crecientes amenazas de Corea del Norte y China, ambas con armas nucleares. Nakatani, de 57 años y graduado en la Academia Nacional de Defensa, sirvió brevemente en las fuerzas armadas y ya fue titular de la cartera defendiendo la capacidad de que Japón pueda golpear preventivamente bases enemigas de cara a un ataque inminente.
"Si piensa qué pasaría si Estados Unidos se retiraran, deberíamos considerar tener la capacidad de responder, porque no podemos simplemente quedarnos de brazos cruzados a esperar la muerte", dijo Nakatani a Reuters a principios de este año.
Su nombramiento podría generar tensiones en China, especialmente teniendo en cuenta que el objetivo declarado de Abe es un perfil de seguridad más fuerte para el país que incluye aprobar una ley en 2015 para reinterpretar la pacifista Constitución japonesa.
Esta medida podría permitir a Japón acudir en ayuda de un aliado y allanar el camino para que sus tropas puedan combatir en el extranjero por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Las elecciones del pasado 14 de diciembre devolviendo a la coalición una amplia mayoría, fueron entendidas por Abe como un mandato para sus políticas de reactivación, que incluyen una política monetaria hiperlaxa, gasto público y liberalización. Su partido Liberal Democrático (LDP) y el socio de coalición Komeito mantuvieron su "supermayoría" de dos tercios.
Sin embargo, el apoyo también fue interpretado como tibio tras una participación en mínimos históricos del 53,3 por ciento, con muchos votantes divididos por las dudas sobre las políticas de Abe y una oposición que quizás no podría hacerlo mejor.
Las esperanzas sobre la política conocida como "Abenomics" se han visto desvanecidas por algunos datos que sugieren que la recuperación es frágil, con el país cayendo de nuevo en la recesión en el tercer trimestre como consecuencia de un alza de impuestos sobre ventas en abril.