Por Madeline Chambers
BERLÍN (Reuters) - El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quiere que un grupo de líderes de la UE acuda a una cumbre el domingo para aprobar medidas a corto plazo que atajen la crisis de migración en los Balcanes.
Mientras se acerca el invierno, crece la preocupación por los cientos de miles de inmigrantes que llegan a Europa, entre ellos muchos desde zonas de guerra en Oriente Próximo, y su agolpamiento en los países balcánicos en condiciones cada vez más frías.
Juncker ha convocado el domingo a los líderes de la UE de la región y la canciller alemana, Angela Merkel, que recibe a más refugiados que cualquier otro país europeo, para debatir el asunto.
"Hablarán de forma urgente sobre respuestas comunes y necesarias a las actuales demandas humanitarias y decisiones de medidas a corto plazo", dijo Juncker al grupo editor alemán Funke.
La situación de los inmigrantes se deterioró después de que Hungría sellara sus fronteras con Serbia y Croacia, dejando a muchos atrapados en países abrumados por la situación.
Los medios alemanes han publicado que Juncker presentará un plan de 16 puntos, entre ellos un entendimiento para no enviar inmigrantes de un país a otro sin un acuerdo previo.
Eslovenia, donde la semana pasada llegaron 58.000 inmigrantes, dijo el sábado que esperaba una "respuesta operativa inmediata de la UE" tras la reunión, a la que asistirá su primer ministro Miro Cerar.
El semanario Der Spiegel dijo que la UE quería acelerar las conversaciones sobre el acceso de Turquía en la unión, diciendo que estaba preparando la apertura de un posible capítulo sobre justicia, derechos humanos y el imperio de la ley. Merkel, que antes se oponía a la pertenencia de Turquía a la UE, ha tomado a Ankara como un aliado en la crisis de refugiados.
Juncker alabó a Merkel por ignorar la opinión pública contraria en sus esfuerzos por atajar la crisis, que ella describe como un desafío más grande para Europa que las preocupaciones por la deuda de Grecia.
Alemania pasa dificultades para acoger al menos 800.000 inmigrantes este año, casi un 1 por ciento de su población.
La popularidad de Merkel ha bajado desde que abrió las puertas a los refugiados sirios hace casi dos meses, mientras que el del partido contrario a la inmigración AfD crece.
Unos 150 seguidores del AfD se manifestaron en la sede del partido CDU de Merkel en Berlín el sábado, ondeando carteles que decían "Tarjeta roja para Merkel" y "Gracias, Hungría".
El ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble fue citado en Der Spiegel diciendo que el sentimiento entre los conservadores era "dramático" y que la CDU se enfrentaba a una dura prueba si no funcionan las últimas medidas para calmar la situación en el país.
El sábado entró en vigor una nueva ley para acelerar los procedimientos de asilo y deportación de inmigrantes desde el sureste de Europa.
También existe la preocupación por el efecto del flujo de inmigrantes sobre el paro en la mayor economía de Europa, aunque algunos economistas dicen que proporcionarán nueva oferta de empleo mientras la población alemana envejece, impulsando el crecimiento económico.