Por Svebor Kranjc y Gabriela Baczynska
BRUSELAS (Reuters) - La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, viajó el miércoles a Bruselas para decirle a la Unión Europea que los escoceses están decididos a seguir en el bloque, horas después de que el primer ministro británico, David Cameron, dijera en la cumbre que Reino Unido saldrá de la UE.
"Esta es en gran medida una reunión inicial, una serie de reuniones en Bruselas hoy, para que la gente entienda que Escocia, a diferencia de otras partes de Reino Unido, no desea salir de la UE", dijo Sturgeon a la prensa tras reunirse con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Más tarde en el día, la líder independentista escocesa se reunirá con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y podría tratar de sondear las opciones -hasta ahora débiles- de que Escocia pueda seguir de alguna manera en la UE una vez que Reino Unido complete su "Brexit".
La decisión de Juncker de extender la alfombra roja para ella el día en que los otros 27 líderes de la UE tendrán su primera reunión sin Reino Unido fue vista por algunos diplomáticos como un intento de presionar a Londres para que entregue una declaración formal de salida.
No había planes inmediatos para que la primera ministra se reúna con los líderes nacionales que continúan celebrando la cumbre después de que Cameron se marchara el día anterior y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, declinó la solicitud de Sturgeon de reunirse con él.
Ha habido un aumento en la simpatía en Europa por los 5,5 millones de escoceses después de que casi dos terceras partes de ellos votaran por permanecer en la UE en el referéndum británico de la semana pasada.
Sin embargo, funcionarios de la UE han subrayado, como lo hicieron antes de que los escoceses votaran en contra de su independencia en un referéndum en el 2014, que Escocia no podrá postular, y menos unirse, a la UE hasta que se convierta en un Estado soberano.
Funcionarios de alto rango han descartado la idea de que Escocia pueda ocupar la silla que Reino Unido dejó vacía en la mesa del Consejo Europeo.
En momentos en que la UE enfrenta años de incertidumbre en la negociación para la salida de su segunda mayor economía, el factor escocés es una complicación que la mayoría de los gobiernos prefiere evitar. España no desea alentar a los separatistas catalanes, y otros estados podrían bloquear cualquier adhesión de Escocia.