Por Farah Master y James Pomfret
HONG KONG (Reuters) - La dirigente de Hong Kong Carrie Lam anunció el miércoles la retirada formal de un proyecto de ley de extradición que ha desencadenado meses de protestas y ha sumido a la ciudad controlada por China en la peor crisis de las últimas décadas, según informaron varios medios de comunicación.
El anuncio, en una reunión interna con parlamentarios pro-establishment y delegados de Hong Kong del Congreso Nacional Popular de China, se produjo sólo dos días después de que Reuters revelara que Lam le dijo a los líderes empresariales la semana pasada que había causado un "caos imperdonable" al presentar el proyecto de ley. Si pudiera elegir, se disculparía y renunciaría, según una grabación de audio filtrada.
Las protestas en la antigua colonia británica comenzaron en junio con motivo del proyecto de ley, que habría permitido las extradiciones a la China continental, pero desde entonces las movilizaciones se han transformado en una campaña a favor de una mayor democracia.
El proyecto de ley habría permitido las extradiciones a la China continental, donde los tribunales están controlados por el Partido Comunista.
No quedó claro de inmediato si la retirada del proyecto de ley ayudaría a poner fin a los disturbios. La reacción inmediata pareció escéptica y la verdadera prueba será cuántas personas salen a las calles.
Muchos están furiosos por la percepción de la brutalidad policial y el número de arrestos - 1.183 en el último recuento - y quieren una investigación independiente.
"Esto no apaciguará a los manifestantes", dijo Boris Chen, de 37 años, que trabaja en servicios financieros. "En cualquier momento, la gente encontrará algo por lo que enfadarse".
Pearl, de 69 años, dijo que las protestas ya no eran por el proyecto de ley.
"Algunos de esos tipos pueden cambiar de opinión, tal vez, pero sólo una minoría", dijo de los manifestantes. "Algunos de ellos sólo quieren crear problemas y seguirán haciéndolo".
En la reunión a puerta cerrada de líderes empresariales de la semana pasada, Lam dijo que ahora tenía un espacio "muy limitado" para resolver la crisis porque los disturbios se habían convertido en una cuestión de seguridad nacional y soberanía para China en medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos.
Los comentarios de Lam son consecuentes con una noticia de Reuters publicada el viernes que reveló cómo los líderes de Pekín estaban tomando las riendas en la gestión de la crisis.
La oficina de la jefa del Gobierno autónomo de Hong Kong no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios, sobre la retirada del proyecto de ley. Tampoco lo hizo la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao de China.
El índice de referencia Hong Kong Hang Seng subió después de la noticia, cotizando con un alza de alrededor del 4%. El índice inmobiliario también se disparó un 6%.
Hong Kong regresó a China bajo una fórmula de "un país, dos sistemas" que le permite mantener libertades de las que no disfruta el resto del país, como la libertad de protesta y un sistema legal independiente, de ahí la indignación por el proyecto de ley de extradición y la percepción de que Pekín está tratando de lograr una influencia cada vez mayor.
China ha denunciado las protestas y ha advertido sobre el impacto en la economía de Hong Kong.
Pekín niega que esté interfiriendo en los asuntos de Hong Kong, pero advirtió de nuevo el martes que no se quedaría de brazos cruzados si los disturbios amenazaban la seguridad y la soberanía chinas.
El martes la policía antidisturbios disparó balas de goma y usó espray de pimienta —armas utilizados por los agentes antidisturbios— para despejar a los manifestantes del exterior de la comisaría de policía de Mong Kok y de la estación de metro Prince Edward, y un hombre fue retirado en una camilla, con una mascarilla de oxígeno en la cara, según mostraron las imágenes de la televisión.
Los vídeos que muestran al hombre detenido por la policía en la estación han sido ampliamente difundidos en las redes sociales, y los grupos de activistas afirman que es una prueba de la brutalidad policial que, según ellos, está muy extendida y necesita ser investigada.
(Información de Farah Master; escrito por Joe Brock; editado por Michael Perry; traducido por Andrea Ariet y Tomás Cobos)