La imagen de Fernando Alonso empujando su McLaren por el circuito, en un esfuerzo desafortunado para volver al pit durante la sesión de clasificación para el Gran Premio de Hungría el sábado resumió la temporada del equipo.
El bicampeón del mundo, sudando bajo el calor en Hungaroring antes de que los trabajadores del circuito le echaran una mano, mostró toda su determinación, al tiempo que su monoplaza era de nuevo una prueba de lo que ha caído la en el pasado poderosa McLaren.
"Quiero salir ahí y quiero competir y esto muestra lo mucho que amo mi deporte", dijo Alonso a los periodistas tras clasificarse en el decimoquinto puesto.
"No importa si eres el último o el decimoquinto o estás en la pole, quieres pilotar y disfrutar", añadió el español, que se unió a la escudería británica desde Ferrari esta temporada y ganó por última vez una carrera en 2013.
Al final, sus esfuerzos no supusieron gran diferencia dado que las normas dicen que el coche debe llegar con el motor encendido.
"No lo sabía, si lo hubiera sabido probablemente hubiera aparcado el coche antes", dijo Alonso.
El director de carrera, Eric Boullier, dijo que hubiera sido imposible arreglarlo con el poco tiempo disponible, y McLaren dijo que había sido un fallo de conexión en la batería del coche.
Con el campeón del mundo en 2009 Jenson Button calificado en el decimosexto puesto como resultado de un fallo de software, McLaren afronta de nuevo dudas sobre la fiabilidad del coche de motor Honda.
"Intentamos aprender de los problemas que tenemos ahora, intentamos no repetirlos y mejorar y ojalá volvamos a ser competitivos lo antes posible", añadió Alonso.