Por William James y Kylie MacLellan
LONDRES (Reuters) - Los dos principales partidos políticos del Reino Unido se acusaron el martes de poner en riesgo el futuro de la nación a medida que se desarrollan las discusiones sobre cómo reformar la constitución después del fallido intento de independizarse llevado a cabo por Escocia.
La promesa de transferir poderes a Escocia, hecha como último recurso, ayudó a decantar el referéndum celebrado en septiembre, que ratificó la continuidad territorial del Reino Unido. Sin embargo, el proceso en Escocia ha ayudado a despertar el largo debate sobre los desequilibrios en la forma de confeccionar las leyes en Inglaterra.
El problema de fondo se conoce como la "Cuestión de West-Lothian": ¿Por qué los parlamentarios escoceses pueden decidir sobre leyes que sólo afectan a Inglaterra, mientras los ingleses no pueden votar en temas escoceses que se debaten ahora en Edimburgo?
Ambos partidos están de acuerdo en la reforma constitucional, pero los laboristas de la oposición, con gran apoyo en Escocia, han dicho que las propuestas de los conservadores podrían dividir Reino Unido "por la puerta de atrás".
El problema se plantea como una línea divisoria entre los partidos, de cara a lo que se espera que sean unas elecciones reñidas en 2015, marcadas por el sentimiento nacionalista a ambos lados de la frontera angloescocesa.
El primer ministro conservador, David Cameron, cuya mayor base de votantes se encuentra en Inglaterra, quiere aprobar un plan que conferiría más independencia a los parlamentarios ingleses y que se implementaría con rapidez, independientemente de quien ganase las elecciones.
"El problema de la equidad es muy importante para la gente en todo el Reino Unido, y se siente de forma más intensa en los últimos meses en Inglaterra", dijo William Hague, el parlamentario encargado de las reformas.
"Hay que arreglar este problema... y es peligroso para el Reino Unido que no se arregle".
DIVISIÓN
El partido conservador planteó tres opciones el martes. Propusieron impedir votar a los miembros escoceses del Parlamento en materias que no afecten a su territorio, dar más voz a los parlamentarios ingleses en los procesos legislativos, o incluso un derecho de veto sobre determinadas leyes.
Una encuesta de YouGob llevada a cabo en septiembre reveló que el 72 por ciento de los ingleses apoyaba prohibir a los representantes escoceses votar en aquellas cuestiones que afectasen sólo a Inglaterra.
Los laboristas, preocupados por la posible erosión de su base de votantes en Escocia, apoya un acercamiento más tranquilo y dialogante que podría dar a los votantes una oportunidad de mostrar su visión.
"Lo que no debemos hacer, sólo meses después de que los escoceses votasen mantener nuestro reino unido, es permitir la división de nuestro país por la puerta de atrás", dijo el portavoz laborista Sadiq Khan.
"No deberíamos arriesgar el futuro de la unión".
Los laboristas tienen más parlamentarios por Escocia, y reducir su influencia en el Parlamento podría dejar a un hipotético gobierno laborista sin los votos necesarios para aprobar determinadas leyes.
El partido está a favor de conceder más poder a las regiones y ciudades inglesas, y ha pedido que se celebre una convención constitucional antes de las elecciones para discutir las distintas opciones.