Por Alastair Macdonald
LA VALETA (Reuters) - Los líderes de la Unión Europea se reúnen este miércoles con sus homólogos africanos en Malta, esperando que la promesa de llegada de dinero y otras ayudas pueda aminorar el flujo de migrantes procedentes del continente más pobre del mundo hacia Europa.
La cumbre, que se celebra en una fortaleza del siglo XVI situada en La Valeta, fue concebida hace 6 meses después de que un barco procedente de Libia se hundiera con 800 personas, lo que forzó a los abochornados gobiernos europeos a intensificar las misiones de rescate naval y abandonar la idea de que el mar pueda hacer de barrera frente a la desesperación humana.
Esta situación trajo inicialmente un aumento de llegadas, principalmente a Italia y Malta, el estado miembro más pequeño de la UE. Sin embargo, la UE no actuó con decisión y le han surgido nuevas preocupaciones procedentes de más al este: más de medio millón de refugiados de guerra sirios e inmigrantes económicos alcanzaron este año las islas griegas desde Turquía.
Estos acontecimientos han convertido la reunión de La Valeta en un lugar donde tratar problemas a largo plazo, como ayudar a África a crear empleo o hacer frente al calentamiento global que está ampliando el desierto, así como llegar a acuerdos para devolver a miles de africanos que se encuentran en Europa a sus países de origen.
Las negociaciones con Turquía, hogar temporal de más de 2 millones de sirios, para frenar los desplazamientos a Grecia estarán entre los temas principales de las siguientes reuniones que tendrán lugar el jueves, entre los líderes europeos.
También se mantendrán tensas discusiones sobre la aplicación pendiente de medidas que ha ido tomando la UE desde abril, a pesar de que el flujo de migración vía los Balcanes ha tensionado al máximo el sistema de fronteras abiertas entre los estados miembros.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que presidirá el encuentro, dijo el martes en el Parlamento maltés que se espera que África duplique su población para 2050 y que la presión que la llegada de refugiados procedentes de Oriente Próximo supone para la voluntad europea de mantener las fronteras internas abiertas hacía imprescindible tomar medidas.