Por Lisa Rapaport
(Reuters Health) - Un estudio revela que los médicos y los consumidores tienden a subestimar uno de los problemas más comunes y devastadores del envejecimiento: el deterioro de la capacidad de los pacientes de administrar su economía.
El primer paso para resolverlo es ponerle nombre, según dijeron los doctores Mark Lachs, de Weill Cornell Medical College, Nueva York, y Duke Han, del Centro Médico de Rush University, Chicago. Ambos son los coautores del informe, donde describen esta discapacidad como "vulnerabilidad económica asociada con la edad".
"Espero que con este término, los médicos empiecen a tenerlo en cuenta en todos los adultos mayores con o sin trastornos cognitivos como sucedió con las directivas anticipadas y la conducción segura durante el envejecimiento", comentó Lachs por correo electrónico.
En Annals of Internal Medicine, Lachs y Han definen esta vulnerabilidad como un patrón conductual de riesgo relacionado con el dinero que expone a los adultos mayores a una pérdida significativa de los recursos con cambios dramáticos de la calidad de vida. Esa conducta no coincide con las decisiones tomadas cuando eran más jóvenes.
Los médicos, para Lachs, tienen que comprender cómo el cerebro que envejece, con o sin enfermedad neurológica, influye en las decisiones porque los adultos mayores no podrían recuperarse con sus ingresos o ahorros de las pérdidas económicas.
Además, la explotación económica es la forma más común de abuso de la población mayor (alcanza a casi la mitad de esa población) y afecta la salud al causar depresión, alojamiento en centros de cuidados especiales o aumento de la mortalidad.
Los factores que favorecen la aparición de esta vulnerabilidad incluyen el deterioro cognitivo o emocional, pérdida de la visión, la audición o la movilidad, enfermedad grave progresiva y aislamiento social.
Hay enfermedades y fármacos que refuerzan el deterioro cognitivo e impiden que los mayores administren su dinero.
El doctor Eric Widera, gerontólogo de University of California, San Francisco, opinó que se necesitan más estudios antes de que los médicos puedan adoptar la vulnerabilidad económica asociada con la edad como un término clínico o un diagnóstico y recordó la importancia de que los profesionales comprendan la relación entre los errores con las decisiones financieras y el deterioro cognitivo.
La doctora Leslie Kernisan, gerontóloga especializada en cuestiones de dinero y otros problemas asociados con la edad que escribe en el blog GeriatricsForCaregivers.net, recomendó adelantarse en la mediana edad a tomar medidas para mejorar el conocimiento sobre la gestión del dinero y prestar atención a los signos tempranos de la necesidad de buscar ayuda para administrarlo.
Esos signos incluyen demorar más tiempo para tomar las decisiones sobre el dinero de todos los días, prestarles menos atención a los detalles de los papeles económicos, comprender cada vez menos los conceptos financieros y tener problemas para identificar los riesgos de las oportunidades financieras, según dijo Kernisan, que no participó del estudio.