Por Marko Djurica
MIRATOVAC, Serbia (Reuters) - Largas colas de inmigrantes, muchos de ellos refugiados sirios, entraron a pie el lunes por la frontera sur de Serbia antes de subir a trenes y autobuses hacia Hungría en su desesperado intento de alcanzar Europa occidental.
Las autoridades estatales y los organismos de ayuda levantaron tiendas y se aprestaron a dar alimentos y agua a los miles que han atravesado los Balcanes occidentales, creciendo en número desde que Grecia comenzara a trasladar inmigrantes de sus atestadas islas a la península.
El organismo de refugiados de la ONU, ACNUR, dijo que más de 7.000 habían llegado a Serbia desde Macedonia entre el sábado y el domingo, muchos de ellos tras pasar tres días desesperados en la frontera norte de Grecia después de que Macedonia les impidiera el paso alegando que no podía permitir más.
El sábado, las multitudes abrumaron a los policías antidisturbios macedonios, que respondieron con porras y granadas de aturdimiento. Incapaces de frenarlos, Macedonia se apresuró a llevar trenes y autobuses a la frontera para llevarlos hacia el norte, donde cruzaron a Serbia a pie.
El lunes llegaron más andando, recorriendo cinco kilómetros del paso fronterizo de Miratovac, hasta un centro de recepción en Presevo, ya en el sur de Serbia, donde muchos recibieron ayuda médica, comida y documentos que legalizaban su tránsito por el país.
La mayoría llevaban sus pertenencias en mochilas. Los hombres portaban a niños pequeños sobre sus hombros. Tras una noche fría, las temperaturas diurnas rondarán los 30 grados centígrados.
"Sólo quiero cruzar para continuar mi viaje", dijo Ahmed, de Siria, en la frontera con Serbia. "Mi destino final, con suerte, es Alemania".
"EL PROBLEMA NO DESAPARECERÁ PRONTO"
Desde el colapso de Yugoslavia en los 90 no han visto los Balcanes tal movimiento de personas.
El problema amenaza con empeorar mientras Hungría, que forma parte del área libre de fronteras Schengen, se dispone a levantar una valla a lo largo de los 175 kms de frontera con Serbia para contener a los inmigrantes, lo que amenaza con crear un peligroso cuello de botella.
La Unión Europea, el destino final de los inmigrantes, ha tenido dificultades para formular y aplicar una política común.
Alemania dice que espera un récord de 750.000 demandantes de asilo este año, en una crisis que ha superado a las autoridades europeas.