MADRID (Reuters) - Las lluvias torrenciales caídas el jueves tras una prolongada sequía convirtieron calles en ríos que arrastraron coches y casi a algunos peatones en ciudades de la costa mediterránea española.
En Molina de Segura, en el sureste de la región de Murcia, redes sociales mostraron cómo un niño salía despedido de un cochecito empujado por su madre en una calle inundada. Un transeúnte los ayudó a ponerse a salvo.
Los transeúntes intervinieron para impedir que otro miembro de la familia intentara cruzar con el cochecito por segunda vez.
En la misma ciudad, otras imágenes mostraron cómo un coche rojo era arrastrado unos 50 metros calle abajo después de que un hombre intentara cruzar la crecida.
Las fuertes lluvias también afectaron al centro de España y a la capital, Madrid, y sus alrededores.
A principios de semana, las autoridades españolas cerraron escuelas, universidades y guarderías por precaución, después de que las lluvias dejaran sótanos inundados y coches sumergidos.
Aunque las lluvias han provocado caos y daños económicos, también han sido bien recibidas por muchos en España, que iba camino de registrar la primavera más seca desde que comenzaron los registros en 1961, según la agencia meteorológica estatal AEMET.
Las precipitaciones en España entre el 1 de octubre y el 23 de mayo fueron un 27% inferiores al promedio del periodo, según la AEMET.
Se espera que las fuertes lluvias continúen el viernes. La AEMET advirtió de lluvias acumuladas de 12 centímetros durante 12 horas el viernes en la provincia de Castellón, en el sureste de la Comunidad Valenciana.
Los servicios de bomberos de Castellón dijeron que las zonas más afectadas eran las localidades de Benicàssim, Oropesa del Mar y Cabanes. Indicaron que habían llevado a cabo tres rescates y prestado servicios de extracción en 27 ocasiones.
Las inundaciones de principios de mes en el norte de Italia causaron la muerte de al menos 13 personas, dejaron sin hogar a unas 23.000 y provocaron daños por valor de miles de millones de euros
(Reporte de Charlie Devereux y Elena Rodríguez, edición de Inti Landauro y Mark Heinrich; editado en español por Tomás Cobos)