(Reuters Health) - El básquet en silla de ruedas y otros deportes adaptados podrían ayudar a los veteranos del ejército con discapacidades a mejorar la autoestima y llevar una vida más saludable, según sugieren los datos preliminares.
Los deportes "adaptados" están modificados para que los puedan practicar las personas con discapacidad. El estudio no prueba sus beneficios para esa población, los autores aseguran que hallaron una fuerte relación entre esta forma de recreación y la felicidad y la salud de sus participantes.
"Muchos pacientes me dijeron, aun después de hacer rehabilitación y hasta de poder retomar actividades cotidianas, que nunca se volvieron a sentir como antes hasta que comenzaron a practicar deportes adaptados", dijo el autor principal, Justin Laferrier, veterano del Ejército de Estados Unidos.
La cantidad de veteranos estadounidenses con discapacidad se duplicó desde 2001, hasta alcanzar los 5,5 millones por la gran cantidad de personas heridas en los conflictos armados de Afganistán e Irak.
Laferrier, que ahora trabaja en University of Connecticut, dirigió los servicios de fisioterapia para amputados del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, Maryland, y el Centro para los Intrépidos en el Fuerte Sam Houston, Texas.
En American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation, su equipo publica que los deportes en silla de ruedas comenzaron inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el neurólogo Sir Ludwig Guttmann organizó los primeros juegos en el Stoke Mandeville Hospital de Aylesbury, Inglaterra.
Aunque muchas personas se beneficiaron con la práctica de deportes adaptados y el apoyo moral de sus camaradas, Laferrier consideró que se necesitaba una evidencia sólida de sus efectos.
Para eso, se convocó en el 2009 y el 2010 a 220 veteranos con discapacidades de la Clínica Nacional de Deportes de Invierno para Veteranos Discapacitados, los Juegos del Guerrero del Comité Olímpico de Estados Unidos y la Clínica Nacional de Juegos de Verano para Veteranos. Las actividades incluían hockey sobre hielo, tiro con arco, natación y básquet adaptados.
Los veteranos tenían lesiones de médula, trastorno de estrés postraumático y amputaciones de miembros superiores o inferiores, además de enfermedades crónicas como artritis, trastornos digestivos, cardiopatías y diabetes.
A mayor participación deportiva después de las lesiones, más significativa era la mejoría de la calidad de vida. Y a mayor antigüedad en la práctica, mayor autoestima.
Aquellos con más de 10 años de práctica desde la lesión lograron 27 puntos en una escala de autoestima de 30 puntos, mientras que los veteranos con uno a cinco años de antigüedad en el deporte no superaron los 23 puntos.
Los veteranos que practicaban deportes individuales obtuvieron 22 puntos en la escala y los que combinaban deportes en equipo con deportes individuales lograron 25 puntos.
Irene Davis, del Departamento de Fisioterapia y Rehabilitación de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston, indicó por correo electrónico que el estudio "es muy indicativo" de los beneficios de los deportes/ejercicio para los veteranos con discapacidades, aunque posee limitaciones por la falta de un grupo control y la inclusión sólo de atletas.