BUDAPEST, 23 sep (Reuters) - Los dirigentes centroeuropeos firmaron el jueves una declaración conjunta en la que afirman que la inmigración no debe ser la respuesta al descenso de la natalidad en la Unión Europea, al tiempo que piden que el bloque mantenga la política familiar bajo jurisdicción nacional.
Las firmes posturas antiinmigración adoptadas por los Gobiernos de países centroeuropeos como Hungría —aunque son populares entre muchos votantes nacionales— han contrastado de manera radical con las políticas del resto del bloque. Estos países centroeuropeos también se han opuesto a las críticas de la UE a sus políticas en cuestiones sociales como los derechos de los homosexuales.
"Aumentar el número de niños europeos es esencial para preservar la cultura cristiana de Europa y otras tradiciones religiosas para las generaciones futuras", dice la declaración, firmada por los primeros ministros de Hungría, Polonia, la República Checa, Eslovenia y el presidente de Serbia, que no es miembro de la UE.
"La migración no debe considerarse la principal herramienta para afrontar los retos demográficos".
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, que se enfrenta a la perspectiva de unas reñidas elecciones el año que viene, se ha vuelto cada vez más radical en materia de política social para proteger los supuestos valores cristianos tradicionales del liberalismo occidental. También ha intensificado su campaña antiinmigración en las últimas semanas tras la toma de poder de los talibanes en Afganistán.
Orban, que considera que la inmigración musulmana en Europa es una amenaza para la identidad cultural del continente, visitó el miércoles una valla de acero en la frontera de la UE con Serbia con su homólogo checo, Andrej Babis.
Babis también se enfrenta a unas elecciones dentro de dos semanas y, al igual que Orban, hace campaña con una plataforma fuertemente antimigrante.
La tasa de natalidad de la Unión Europea ha ido disminuyendo desde el año 2000, según las cifras de Eurostat, con 1,53 nacidos vivos por mujer en 2019, muy por debajo de la marca de 2,1 que se considera suficiente para evitar el descenso de la población.
"La única solución sostenible contra la extinción de Europa es aumentar la tasa de natalidad", dijo Babis en la Cumbre Demográfica de Budapest, donde los dirigentes centroeuropeos emitieron su declaración conjunta.
A medida que las economías centroeuropeas se recuperan de la pandemia, las empresas de la región están encontrando dificultades para encontrar trabajadores, ya que los mercados laborales están reduciendo su tamaño.
(Reporte de Krisztina Than y Gergely Szakacs; Edición de Alison Williams y Frances Kerry, traducido por Tomás Cobos)