MADRID, 29 ago (Reuters) -Los representantes autonómicos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han exigido la dimisión inmediata del presidente del organismo, Luis Rubiales, por agarrar a la jugadora Jenni Hermoso y besarla en los labios en la celebración del Mundial.
La decisión de la Federación se produce en un momento en que este hecho se ha convertido en una polémica nacional sobre los derechos de la mujer, el comportamiento machista y los abusos sexuales, y muchos ministros en funciones han pedido la dimisión de Rubiales.
Muchos de los representantes habían aplaudido inicialmente a Rubiales cuando anunció el viernes que no dimitiría, pero a última hora del lunes le pidieron que dejara el cargo y reclamaron una reestructuración de los puestos clave de la federación "para dar paso a una nueva etapa de gestión en el fútbol español" con más igualdad de género.
"Después de los últimos acontecimientos y los inaceptables comportamientos que han dañado con gravedad la imagen del fútbol español, los presidentes solicitan que, de manera inmediata, D. Luis Rubiales presente su dimisión como presidente de la RFEF", señalaron los representantes en un comunicado.
El cambio de rumbo de la federación se produjo tras la apertura de una investigación preliminar por parte de la Fiscalía de la Audiencia Nacional para determinar si Rubiales podría haber cometido un acto de agresión sexual, lo que ha aumentado la presión sobre este.
El sábado, la FIFA lo suspendió de todas las actividades relacionadas con el fútbol durante tres meses, en pleno escándalo por el incidente ocurrido en la ceremonia de entrega de trofeos tras la victoria de España en la final del Mundial en Sídney el 20 de agosto.
Las cuestiones de género son un tema destacado en España.
El Gobierno socialista en funciones ha presidido una serie de reformas legales en torno al cambio de sexo, el aborto y el trabajo sexual. Sin embargo, una laguna en su ley sobre el consentimiento sexual permitió a los violadores salir de la cárcel, lo que influyó en el revés electoral que sufrió el partido de extrema izquierda Podemos —en la coalición de Gobierno— en las elecciones de julio.
Rubiales, de 46 años, se ha negado a dimitir, alegando que el beso —que tuvo lugar en una retransmisión en directo— fue consentido.
Por su parte, la madre de Rubiales ha iniciado una huelga de hambre en apoyo de su hijo en una iglesia de Motril, la ciudad de la familia.
Varias decenas de vecinos de Motril se concentraron el lunes frente a la iglesia, gritando, aplaudiendo y mostrando pancartas en apoyo de Rubiales y su madre. "Stop cacería, basta ya", decía una de las pancartas.
Algunos residentes dijeron que las peticiones para que Rubiales dimitiera eran un castigo "excesivo".
Hermoso, sus compañeras de equipo y el Gobierno español afirman que el beso fue indeseado y degradante.
La ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, exigió la destitución de los seleccionadores nacionales masculino y femenino.
(Reporte de Inti Landauro y Mariano Valladolid; información adicional de Emma Pinedo; redacción de Charlie Devereux, edición de Andrei Khalip y Ed Osmond; editado en español por Flora Gómez)