Por Andrew M. Seaman
(Reuters) - Las personas que superan un cáncer a menudo se quejan de que pierden el control personal después del tratamiento, según un nuevo estudio.
Los autores aseguran que, si bien no hay que generalizar las respuestas a todos los supervivientes, los participantes tendían a mencionar un problema físico o un deseo de volver a la "normalidad".
"Quienes superan un cáncer a menudo quedan desprotegidos ante los problemas que persisten después de finalizar el tratamiento", dijo Mary Ann Burg, socióloga médica y trabajadora social de Universidad de Florida Central en Orlando.
En la revista 'Cancer', su equipo publica que en los estudios previos, entre un quinto y un tercio de los supervivientes padecían complicaciones físicas o mentales durante por lo menos cinco años después de finalizar el tratamiento. Esos problemas tienden a limitarse a una lista de trastornos, que los autores les presentaron a los participantes para elegir.
El equipo usó una encuesta de 2010 de la Sociedad Estadounidense del Cáncer en la que más de 9.000 participantes respondieron a una pregunta abierta sobre el estado de salud después del tratamiento oncológico. En total, revisó 1.514 respuestas.
Los participantes tenían entre 24 y 97 años; el 65 por ciento era mujer. El 45 por ciento había superado un cáncer mamario y el 21 por ciento había tenido un cáncer de próstata. Un 38 por ciento tenía algún tipo de complicación física, desde dolor hasta problemas de salud sexual.
Un quinto tenía problemas económicos o de cobertura y otro quinto se quejó de los problemas de educación e información. Algunos no respondieron las preguntas sobre la atención, como qué esperar o hacer después del tratamiento.
El 16 por ciento tenía problemas con el control personal, que incluye todo aquello relacionado con la independencia física y social en general, como el control de la vejiga y los intestinos o no poder hacer planes o socializar.
Los hombres eran más propensos que las mujeres a señalar necesidades insatisfechas dentro del control personal. Los participantes que habían superado un cáncer prostático y los mayores también eran más propensos a mencionar esa insatisfacción. Pero las mujeres tendían a tener necesidades insatisfechas distintas a las de los hombres.
Para Burg, el próximo paso es determinar si la preparación de los pacientes para esas consecuencias duraderas del cáncer y su tratamiento ayudará a los superivivientes a aliviar la carga de esas necesidades insatisfechas. "Tenemos que empoderar a los pacientes y sugerirles que tienen que seguir haciendo preguntas", sostuvo.