KABUL, 11 ago (Reuters) - Los combatientes talibanes tomaron el miércoles el control de otra ciudad del norte de Afganistán, según un alto cargo, lo que supone la octava capital de provincia que cae en manos de los insurgentes en seis días, mientras las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos completan su retirada.
La toma de Faizabad por parte de los talibanes —capital de la provincia nororiental de Badakhshan— se produjo en el momento en que el presidente Ashraf Ghani aterrizaba en Mazar-i-Sharif para animar a sus defensores, mientras las fuerzas del Talibán se acercan a la mayor ciudad del norte.
Tras una larga batalla en Faizabad, las fuerzas gubernamentales se retiraron a un distrito vecino, según declaró a Reuters Jawad Mujadidi, miembro del consejo provincial de Badakhshan.
Dijo que los combatientes talibanes habían tomado la mayor parte de la provincia y sitiado Faizabad antes de lanzar una ofensiva el martes.
La provincia de Badakhshan, situada en el extremo noreste del país, limita con Tayikistán, Pakistán y China.
La pérdida de la ciudad es el último revés para un acosado Gobierno que ha tenido muchos problemas para frenar el impulso de los asaltos talibanes en los últimos meses.
Los talibanes luchan por derrotar al Gobierno respaldado por Estados Unidos y reimponer la estricta ley islámica. La velocidad de su avance ha conmocionado al Gobierno y a sus aliados.
Los talibanes controlan ahora el 65% de Afganistán, han tomado o amenazan con tomar 11 capitales de provincia y pretenden privar a Kabul de su tradicional apoyo de las fuerzas nacionales en el norte, dijo el martes un alto cargo de la Unión Europea.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó a los líderes afganos a luchar por su patria y dijo el martes que no lamentaba su decisión de retirarse, señalando que Estados Unidos había gastado más de un billón de dólares en 20 años y había perdido miles de soldados.
Estados Unidos estaba proporcionando un importante apoyo aéreo, alimentos, equipos y salarios a las fuerzas afganas, dijo.
El norte fue durante años la región más pacífica de Afganistán, con una presencia mínima de los talibanes.
Durante sus años en el poder, entre 1996 a 2001, los talibanes nunca tuvieron el control total del norte, pero esta vez parecen decididos a lograrlo antes de acercarse a la capital.
LLAMAMIENTO REGIONAL
Autoridades gubernamentales han pedido que se presione a Pakistán para que impida el paso de refuerzos y suministros talibanes por la frontera. Pakistán niega apoyar a los talibanes.
El Gobierno se ha retirado de los distritos rurales difíciles de defender para centrarse en mantener los centros de población. En algunos lugares, las fuerzas gubernamentales se han rendido sin luchar.
Ghani pide ahora la ayuda de los antiguos agentes regionales a los que ha dejado de lado durante años para intentar proyectar la autoridad de su Gobierno central sobre las provincias tradicionalmente díscolas.
Se reunirá con los principales líderes regionales en Mazar-i-Sharif.
"El presidente Ghani tiene previsto reunirse con autoridades locales y de seguridad, líderes políticos y yihadistas, ancianos tribales y personas influyentes", dijo la oficina presidencial en Twitter.
En el sur, las fuerzas gubernamentales están luchando contra los combatientes talibanes que intentan llegar a la principal prisión de la provincia de Kandahar para liberar a sus compañeros detenidos, según informaron las autoridades de la zona.
También se están produciendo combates en la ciudad de Farah, en el oeste, cerca de la frontera con Irán, informó Tolo News.
El martes, en Ginebra, la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dijo que estaban apareciendo informes de violaciones que podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluidos "informes profundamente preocupantes" sobre la ejecución sumaria de tropas gubernamentales que se han rendido.
Seis Estados miembros de la UE advirtieron al ejecutivo del bloque que no detuviera las deportaciones de los solicitantes de asilo afganos rechazados que llegan a Europa, por temor a una posible repetición de la crisis de 2015-16 por la llegada de más de un millón de migrantes, principalmente de Oriente Medio.
Estados Unidos completará la retirada de sus fuerzas este mes a cambio de las promesas de los talibanes de evitar que Afganistán sea utilizado para el terrorismo internacional. Los talibanes prometieron no atacar a las fuerzas extranjeras mientras se retiran, pero no acordaron un alto el fuego con el Gobierno.
(Información de la oficina de Kabul; Editado por Robert Birsel)