MADRID (Reuters) - El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, convocó el lunes para el 27 de septiembre unas elecciones autonómicas cuyo resultado quiere que se interprete como un plebiscito sobre la independencia de Cataluña.
Mas disolvió el Parlamento mediante un decreto ordinario, que no alude al carácter plebiscitario de los comicios, con el fin de evitar que el Gobierno central impugne la convocatoria, que llega nueve meses después de que los catalanes votaran simbólicamente sobre la segregación de la región.
"Todos sabemos que estas elecciones serán muy diferentes en cuanto al fondo", dijo en referencia a las elecciones catalanas de 2012.
El partido nacionalista Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) de Mas ha formado una lista con los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya y entidades soberanistas con la que, de ganar, pretenden iniciar una hoja de ruta que dé lugar a una Cataluña independiente en un máximo de 18 meses.
El dirigente nacionalista, que ha hecho del soberanismo su motor político en los últimos años, llama a las urnas tras el rechazo frontal del Gobierno de Mariano Rajoy a que los catalanes votaran en un referéndum que luego fue declarado ilegal por la justicia española.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, calificó de "fracaso" la gestión de Mas tras dos años y medio de mandato, y le pidió que respete la legalidad de unos comicios que el Ejecutivo central considera exclusivamente autonómicos.
"Cada uno puede presentarse con el programa que quiera (..) pero lo que pido a la Generalitat es el respeto a la legalidad y la neutralidad", dijo la vicepresidenta en rueda de prensa en Madrid.
"Si (Mas) no respeta la ley, (la convocatoria) se recurrirá", añadió.
Se trata de la segunda vez que Mas, presidente catalán desde 2010, convoca elecciones anticipadas. En las anteriores de 2012, su partido pasó de 62 a 50 escaños, cediendo terreno a ERC en un momento de fuerte sentimiento independentista tras el recorte del estatuto regional y la negativa de Rajoy a renegociar el pacto fiscal.
Las elecciones del 27 de septiembre llegan cuando ese deseo soberanista se ha debilitado en una región que ahora parece más preocupada por los problemas económicos y el desempleo que por la independencia, según varios sondeos.
La campaña electoral comenzará la noche del 11 de septiembre, día nacional de Cataluña que en los últimos años ha sacado a las calles de la región a decenas de miles de personas deseosas de tener un estado propio.