Investing.com - El intento de motín contra el ejército ruso por parte de la milicia privada Wagner Group, dirigida por el mercenario Yevgeny Prigozhin, ha inyectado más tensión en la guerra Rusia-Ucrania, poniendo en duda el control del poder del presidente ruso, Vladimir Putin, en el conflicto.
Wagner tomó el sábado el control de la ciudad estratégica de Rostov tras 24 horas de vértigo Prigozhin anunció que su ejército daría marcha atrás para evitar derramar más sangre rusa, según recuerda CNBC.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo el domingo que el motín expuso las "grietas" del ejército ruso.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha visitado este lunes a las tropas en la zona ocupada de Ucrania, en su primera aparición pública desde el fin de semana. El futuro de Shoigu se ha puesto en duda tras el motín.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, negoció el acuerdo entre Prigozhin, un antiguo aliado cercano de Putin, y el Kremlin que puso fin a la avanzada de Wagner hacia Moscú.
Es probable que el acuerdo marque el final del Grupo Wagner y la integración de algunos de sus combatientes en las fuerzas armadas rusas, pero la insurrección breve y sin precedentes marcó el mayor desafío hasta el momento para los 23 años de Putin en el poder.
“La rebelión armada de Prigozhin indica una crisis política dentro de Rusia y hace añicos el mito de la invencibilidad y el poder abrumador de Rusia”, destaca Hanna Liubakova, periodista e investigadora de Bielorrusia, en una nota recogida por CNBC.