Por Noah Barkin y Michael Nienaber
BERLÍN (Reuters) - La canciller alemana, Angela Markel, afrontaba el lunes una creciente presión para endurecer su postura ante los refugiados, después de que un informe policial sobre los actos de violencia ocurridos en la víspera de Año Nuevo en Colonia revelara abusos sexuales contra mujeres cometidos por jóvenes inmigrantes.
La policía de Colonia dijo que al menos 11 extranjeros, entre ellos paquistaníes, guineanos y sirios, resultaron heridos el domingo por la noche en ataques de pandillas que buscaban vengar las agresiones de Año Nuevo, en las que unos 1.000 hombres divididos en grupos atacaron a mujeres cerca de la catedral de la ciudad.
El ministro del Interior, Thomas de Maiziere, condenó los hechos, pero advirtió de que los refugiados podrían ser blanco de más ataques tras los sucesos de Colonia, que han profundizado el escepticismo en torno a las políticas de Merkel, relativamente favorables a la acogida de inmigrantes.
El partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas originales) aprovechó los recientes hechos para denostar a la canciller, mientras que miembros de su propio partido conservador alertaron que la integración de los cientos de miles de inmigrantes que llegaron el año pasado fracasaría si el flujo de extranjeros no se detiene de inmediato.
"Si el flujo (de llegadas) continúa como hasta ahora, entonces la integración no funcionará", dijo Carsten Linnemann, legislador del partido de Demócratas Cristianos (CDU) al que pertenece la canciller. "Si recibimos otros 800.000 o 1 millón de personas este año, entonces no podemos hacerlo", añadió.
Un informe del Ministerio del Interior del estado de Renania del Norte-Westfalia, donde se ubica Colonia, dijo que se registraron 516 denuncias, de las cuales 237 eran de naturaleza sexual. Han sido identificados hasta ahora 19 sospechosos, todos ellos de origen extranjero.
Ralf Jaeger, ministro del Interior del estado, se refirió a los "graves errores" de la policía, que se vio significativamente sobrepasada en número de efectivos pero nunca pidió refuerzos.
También criticó a las fuerzas de seguridad por negarse a comunicar, en los días posteriores a los incidentes, que la gran mayoría de los perpetradores eran de origen extranjero, responsabilizando por ello a una "política de rectitud" equivocada.