Por Nelson Acosta y Matt Spetalnick
LA HABANA/WASHINGTON (Reuters) - Estados Unidos y Cuba han acordado restablecer sus relaciones diplomáticas más de medio siglo después de su ruptura, un giro histórico tras décadas de hostilidades entre Washington y la isla de gobierno comunista.
"El aislamiento no ha funcionado, es hora de un nuevo enfoque", dijo el presidente estadounidense Barack Obama en una conferencia televisada aludiendo a la política de Washington.
Obama anunció que los dos países, viejos enemigos de la Guerra Fría, acordaron establecer embajadas en sus capitales y que Estados Unidos relajó restricciones de viajes para sus ciudadanos y límites a las remesas que pueden enviar a la isla.
Durante un anuncio paralelo, el presidente cubano, Raúl Castro, confirmó el acercamiento.
"Esta decisión del presidente Obama merece el respeto y el reconocimiento de nuestro pueblo", dijo Castro. "Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar", añadió.
Obama dijo que hablará al Congreso estadounidense sobre el levantamiento del embargo económico a la isla.
Y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dijo que las sanciones financieras a Cuba serán enmendadas en las "próximas semanas", a fin de que los estadounidenses puedan pedir licencias para hacer negocios con cubanos que vivan fuera de la isla y para descongelar cuentas en bancos estadounidenses de cubanos que ya no viven en su país de origen.
El anuncio histórico, realizado después de que los dos presidentes hablaran casi una hora por teléfono, siguió a la decisión de La Habana de liberar al estadounidense Alan Gross y a otro agente de inteligencia a cambio de tres presos cubanos.
Castro dijo que Gross, cuyo estado de salud estaba muy deteriorado, fue liberado por motivos humanitarios y agradeció a El Vaticano por facilitar las conversaciones con Estados Unidos y a Canadá por ser anfitrión de ellas.
INTERCAMBIO
Cuba arrestó a Gross, ahora de 65 años, el 3 de diciembre de 2009. El subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fue condenado a 15 años de cárcel por importar tecnología prohibida y tratar de establecer una red de Internet clandestina.
El caso de Gross era un obstáculo para la normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, que carecen de relaciones diplomáticas desde los primeros años de la década de 1960, poco después de que Fidel Castro llegó al poder con la revolución de 1959.
La Habana había culpado al Gobierno de Estados Unidos por el encarcelamiento del contratista estadounidense y había ofrecido en reiteradas ocasiones un diálogo sin condiciones previas, una propuesta que hasta ahora había sido rechazada por Washington.
Se esperaba que Gross hiciera declaraciones en Washington, después de haber aterrizado en la base militar Andrews.
El Gobierno cubano siempre intentó vincular el tema de Gross a los casos de tres agentes de inteligencia que cumplían prolongadas penas de cárcel en varias ciudades estadounidenses por espiar a grupos de exiliados cubanos y monitorizar instalaciones militares en Florida. Ellos son considerados héroes en casa.
Cuba también puso en libertad a un agente de inteligencia estadounidense que estuvo casi 20 años tras las rejas.
Los tres cubanos liberados en el canje son Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, en prisión desde 1998. El presidente Castro dijo que llegaron el miércoles a la isla.
CRÍTICAS Y ELOGIOS
Cuando Obama llegó a la presidencia en 2009, flexibilizó algunas restricciones sobre Cuba, como los viajes de los cubanos-estadounidenses y el envío de remesas a la isla. Pero con el arresto y condena de Gross se estancó el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana.
El papa Francisco felicitó el miércoles a los dos países por su decisión y el Vaticano dijo que estaba listo para apoyar el fortalecimiento de sus relaciones.
"Esta noticia es muy positiva", dijo el miércoles por su parte el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. "Ya es hora de que Cuba y Estados Unidos normalicen sus relaciones bilaterales. En ese sentido, doy una enérgica bienvenida a las noticias de hoy", dijo.
Hasta el presidente venezolano, Nicolás Maduro, un enemigo ideológico de Estados Unidos, elogió la "valentía" de Obama.
Pero el anuncio de Obama desató las críticas de muchos en Washington y en la comunidad de exiliados cubanos en Miami por haber liberado a los agentes de Cuba que estaban detenidos en Estados Unidos.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que los cambios en la política hacia Cuba fueron la última de una serie de "concesiones sin sentido".
Robert Menendez, un cubano-estadounidense que preside el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, criticó rápidamente en un comunicado la decisión de Obama, asegurando que intercambiar a Gross por "criminales convictos establece un precedente extremadamente peligroso".
Y el senador republicano Marco Rubio dijo que "haría todos los esfuerzos" para impedir que Obama normalice las relaciones con el Gobierno cubano después de describir la decisión del presidente como "inexplicable".
En La Habana, en cambio, la noticia fue acogida.
"Nosotros estamos de acuerdo con mantener las relaciones. Eso es correcto para ellos y para nosotros", dijo Ibo Pérez, un jubilado celebrando el reinicio de las conversaciones entre Washington y La Habana. "Que nos quiten el bloqueo y así podemos compartir el sistema de ellos y ellos el de nosotros", dijo.