Por Eleanor Biles
ESTRASBURGO, Francia (Reuters) - El Papa Francisco pidió el martes a los líderes de Europa que hagan más para ayudar a miles de inmigrantes que arriesgan sus vidas para tratar de llegar al continente y dijo que debían impedir que el Mediterráneo se convierta en "un vasto cementerio".
En su primer discurso ante el Parlamento Europeo, el Sumo Pontífice también dijo que el bloque debería crear empleos y no permitir que la burocracia de sus instituciones sofoque los ideales que una vez lo hicieron fuerte.
Francisco ha hecho de la defensa de los inmigrantes y trabajadores una plataforma clave de su pontificado.
Ha atacado al sistema económico global por no compartir la riqueza y escogió la pequeña isla de Lampedusa en el sur de Italia, a la que han tratado de llegar muchos inmigrantes que han muerto en el camino, como el lugar de su primer viaje como Papa.
El martes, llamó a una Europa que "que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana".
"Es hora de favorecer las políticas de empleo, pero es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garantizando también las condiciones adecuadas para su desarrollo", sostuvo.
"Esto implica, por un lado, buscar nuevos modos para conjugar la flexibilidad del mercado con la necesaria estabilidad y seguridad de las perspectivas laborales, indispensables para el desarrollo humano de los trabajadores", añadió.
El desempleo se ubica en un 10,1 por ciento en la Unión Europea, integrada por 28 países, y es de alrededor de un 11,5 por ciento en la zona euro, compuesta por 18 países miembros.
En España y Grecia, la desocupación alcanza más del doble de ese nivel y el desempleo juvenil llega a más del 40 por ciento en algunas áreas.
Francisco habló sobre la crisis migratoria de Europa pocos días después del rescate de 600 inmigrantes en el Mediterráneo, entre la isla de Sicilia y el norte de África.
"Es igualmente necesario afrontar juntos la cuestión migratoria. No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio", manifestó el Pontífice.
"En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda", agregó y llamó a las potencias europeas a trabajar juntas para proteger a los inmigrantes del tráfico humano.
La Organización Internacional para la Migración estima que 3.200 inmigrantes han muerto tratando de cruzar el Mediterráneo en lo que va del año.