Por Mica Rosenberg y Kristina Cooke
NUEVA YORK, 22 sep (Reuters) - Niños pequeños de aspecto confuso y cansado se aferraban el martes a sus padres en el aeropuerto de Puerto Príncipe, en Haití, parte de las 360 personas expulsadas rápidamente de Estados Unidos en los últimos tres días.
Las escenas se vieron después que agentes fronterizos estadounidenses a caballo utilizaran el domingo riendas a modo de látigo para bloquear a los migrantes haitianos que cruzaban el río Bravo con alimentos y suministros desde México hasta un escuálido campamento con casi 10.000 personas en el lado de Texas.
Las imágenes desataron enojo entre algunos funcionarios actuales entrevistados por Reuters, quienes dijeron que alguna vez tuvieron grandes esperanzas de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, revirtiera las políticas de inmigración de línea dura de su predecesor republicano Donald Trump y, como prometió, "restaurara la humanidad y los valores estadounidenses" en el sistema de inmigración.
Fuera del gobierno, defensores de la inmigración desilusionados señalan la negativa de Biden a derogar la política más arrolladora de Trump -conocida como Título 42- que permite a los agentes fronterizos expulsar rápidamente a la mayoría de los migrantes a México o a sus países de origen sin posibilidad de solicitar asilo.
Biden prorrogó la política de marzo de 2020 puesta en marcha por los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, argumentando que seguía siendo necesaria como medida de salud pública en medio de la pandemia del COVID-19.
"Estas medidas de disuasión (y) expulsión niegan el debido proceso a los solicitantes de asilo y los ponen en peligro. Se trata de una violación a los derechos humanos", declaró a Reuters Michael Knowles, presidente del sindicato AFGE Local 1924, que representa a los funcionarios encargados del asilo en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
"Nuestros miembros están indignados por el maltrato a los migrantes y la negativa de nuestras autoridades fronterizas a permitirles que se escuchen sus solicitudes de asilo", añadió.
Otros tres trabajadores del USCIS expresaron a Reuters preocupaciones similares, al igual que un funcionario de otra agencia gubernamental.
Los funcionarios encargados del asilo entrevistan a los migrantes y refugiados para determinar si necesitan protección en Estados Unidos, mientras que los agentes de la Patrulla Fronteriza o del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) supervisan la seguridad fronteriza y las detenciones.
Los principales legisladores demócratas se sumaron a las críticas.
La menguante buena voluntad entre los aliados de Biden se produce en un momento en que la agenda de inmigración del mandatario recibió un golpe, cuando el Senado dictaminó el domingo que las propuestas demócratas para dar un estatus legal a millones de inmigrantes en Estados Unidos no podían incluirse en un proyecto de ley de reconciliación presupuestaria.
"¿EN QUÉ CREEN?"
Biden sí eximió a los niños no acompañados de las expulsiones del Título 42 al principio de su presidencia. Pero ha incluido a las familias, incluso después de que un juez federal ordenara el jueves al gobierno que dejara de expulsarlas. La administración está apelando la orden.
Una suspensión de dos semanas en la orden fue "para permitir que el gobierno tenga tiempo para organizarse", dijo Lee Gelernt, el abogado principal de la Unión Americana de Libertades Civiles que demanda a la administración sobre la política, "no para reunir a tantas personas como sea posible para expulsarlas, y ciertamente no para expulsar a solicitantes de asilo haitianos desesperados".
La administración de Trump argumentaba que muchas solicitudes de asilo eran falsas y emitió una ráfaga de políticas para limitar las protecciones, movimientos que a menudo fueron criticados por el sindicato de USCIS dirigido por Knowles.
Uno de los funcionarios del USCIS que habló bajo condición de anonimato porque no está autorizado a conversar con la prensa dijo que se entendía que tomaría tiempo revertir las medidas de la era Trump, pero que algunos ahora están perdiendo la paciencia ante la lentitud de la reforma.
"Es atroz, repugnante", dijo el funcionario. "¿En qué creen, si esto es aceptable?" .Algunos colegas estaban considerando la posibilidad de dejar sus puestos de trabajo, añadió.
Otro funcionario de USCIS habló de estar "personalmente afligido". USCIS remitió una solicitud de comentarios al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que no respondió inmediatamente.
El martes, el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, dijo que el Título 42 se estaba aplicando en toda su extensión, al tiempo que condenaba las acciones de los agentes a caballo diciendo que el incidente se estaba investigando y que a los implicados se les habían asignado tareas administrativas.
Mientras Biden se enfrenta a las críticas de la izquierda, los republicanos dicen que ha fomentado la migración ilegal al moverse demasiado rápido para revertir otras reformas migratorias de la era Trump.
En los últimos meses, el número de cruces en la frontera entre Estados Unidos y México aumentó a máximos de 20 años, con cerca de 200.000 solo en agosto, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, aunque eso es contando a individuos que pueden haber cruzado varias veces.
(Reporte de Mica Rosenberg en Nueva York; reporte adicional de Kristina Cooke en San Francisco; editado en español por Gabriela Donoso/Benjamín Mejías Valencia)