Por Emma Pinedo y Sarah White
MADRID (Reuters) - Las dos formaciones mayoritarias en el Congreso de los Diputados español, PP y PSOE, evitaron el sábado tomar la iniciativa para intentar formar un gobierno que acabe con la incertidumbre política creada hace más de un mes tras las elecciones más fragmentadas de la historia de la democracia.
Un día después de que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, renunciara a someterse de momento a una investidura por falta de apoyos, el Partido Socialista, la segunda fuerza en el parlamento, dijo en un comunicado que le sigue correspondiendo al PP la obligación de intentar formar gobierno o renunciar definitivamente.
"Mantenerse a la espera, por razones de supervivencia política y personal, amparándose en la existencia de hipotéticas mayorías alternativas, es una irresponsabilidad poco acorde con los intereses de los ciudadanos y con los retos que tiene planteados nuestro país", dijo el comunicado del PSOE.
El PP ganó las elecciones del 20 de diciembre con 123 escaños, pero a mucha distancia de una mayoría absoluta situada en 176 diputados, por lo que todo queda a expensas de un juego de alianzas, donde sus oponentes tampoco tienen las cuentas garantizadas, y que de fracasar podría desembocar en la convocatoria de nuevas elecciones.
Rajoy intentó el viernes redoblar la presión sobre el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, apartándose temporalmente, después de que el líder de Podemos, la tercera fuerza del arco parlamentario, ofreciera formar gobierno a los socialistas, con los que aún no ha hablado, y otras fuerzas minoritarias. [nL8N15625A]
Pero el sábado, el PSOE insistió en que hasta que el PP se decida no iba a emprender negociaciones para intentar formar un gobierno estable "y, mucho menos, cuando se plantean desde el chantaje y anteponiendo los intereses de partido a los intereses de los ciudadanos".
En una situación desconocida en la democracia española en la que la táctica y la estrategia política son las protagonistas, el rey Felipe VI comenzará una nueva ronda de consultas a partir del miércoles para buscar el nuevo candidato a la presidencia que deberá ser investido por el Congreso de los Diputados.
Si un candidato decide someterse a una sesión de investidura en el Congreso y fracasa, tiene un plazo de 48 horas para asegurarse el nombramiento por mayoría simple en segunda votación, y de no lograrlo, ya no podría volver a presentarse, por lo que los partidos políticos están midiendo sus movimientos con precisión.
RAJOY SIGUE ABIERTO A UNA GRAN COALICIÓN
Poco antes de conocerse el comunicado socialista, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, reiteró ante un grupo de militantes de su partido que había declinado de momento el ofrecimiento del rey de someterse a una sesión de investidura porque ésta "sería un fraude y una falta de respeto" a los votantes del PP, que no serían utilizados para que empiecen a correr los plazos.
"Sería un gobierno el que busca desesperadamente el señor Sánchez a las órdenes de Podemos, hipotecados por ellos y humillado. Para ser presidente de España, no basta con humillarse ni con hipotecarse, necesitamos un presidente con dignidad", dijo Rajoy en la junta directiva del Partido Popular en Córdoba.
El líder 'popular' auguró que un hipotético gobierno de izquierdas sería un fracaso, porque la mayoría absoluta del PP en el Senado "es una garantía de que aquí no se van a hacer disparates".
El político gallego, que sigue defendiendo la creación de un gobierno de coalición con el PSOE y la formación liberal Ciudadanos, la cuarta formación en la cámara, lamentó además que el secretario general del PSOE se hubiera negado a dialogar con la fuerza más votada en las elecciones.
CONTACTOS ENTRE SÁNCHEZ Y RIVERA
El secretario general de la formación antiausteridad Podemos, Pablo Iglesias, propuso el viernes al líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez un gobierno de coalición en el que Sánchez sería presidente y él vicepresidente.
Sánchez respondió a la inesperada oferta de Iglesias pidiendo tiempo y aplazando cualquier negociación al "fracaso" de la investidura de Rajoy.
Está por ver si Sánchez es capaz de formar un difícil Gobierno alternativo con Podemos e Izquierda Unida, que necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas y que no es visto con buenos ojos por algunos miembros del propio PSOE.
El sábado el dirigente socialista reveló en su cuenta de Twitter (N:TWTR) que había llamado por teléfono a Albert Rivera, el líder del partido de centroderecha Ciudadanos, y que habían acordado abrir una vía de diálogo.
"Me ha llamado (el líder del PSOE Pedro) Sánchez, en los próximos días hay que dialogar, desde el acuerdo o desde la discrepancia. Los españoles por delante de las siglas", confirmó Rivera en la misma red social.
El diario El Mundo desvelaba que el líder de Podemos había escrito un mensaje a Sánchez pidiéndole hablar sobre su propuesta, pero se desconoce si éste ha respondido.
La Cámara Baja cuenta con 350 diputados, de los que 90 son socialistas, mientras que Podemos y sus confluencias territoriales suman otros 69 diputados e IU dos más, frente a los 123 representantes del PP.
En este complejo escenario puede resultar clave la posición de Ciudadanos y sus 40 escaños, que se ha mostrado hasta ahora favorable a una "gran coalición" con PP y PSOE y se opone rotundamente a las aspiraciones soberanistas de Cataluña.
También serán decisivos los votos en contra o abstenciones de formaciones independentistas catalanas como Esquerra Republicana de Catalunya y Democracia i Libertad, además del Partido Nacionalista Vasco.