Nueva York, 5 dic (EFE).- Los rumores, confirmados tras el cierre de la sesión, de una puesta en revisión para una posible rebaja de la calificación de los países de la zona euro por parte de Standard & Poor's apagó hoy el optimismo que se había hecho en Wall Street sobre la cumbre de los líderes de la Unión Europea de esta semana.
El principal indicador del parqué neoyorquino, el Dow Jones de Industriales, cerró la jornada con un ascenso del 0,65 % o 78,41 puntos y terminó en las 12.097,83 unidades, un avance muy inferior a las subidas superiores al punto porcentual que había registrado hasta el ecuador de la jornada.
Algo parecido ocurrió con los otros dos principales indicadores de Wall Street, que tras casi rozar los dos puntos porcentuales terminaron con un avance del 1,03 % en el selectivo S&P 500 y del 1,1 % en el índice compuesto del mercado Nasdaq.
La moderación de los avances en Wall Street respondió a la publicación por parte del diario británico Financial Times de que la agencia de calificación estadounidense iba a amenazar con rebajar la nota de los seis países de la zona euro que gozan de la máxima nota de "AAA": Alemania, Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo.
No fue hasta después del cierre de la sesión en Wall Street cuando se confirmó que esa acción iba más allá y afectaba a 15 de los 17 países de la zona euro, a excepción de Grecia y Chipre, este último debido a que la nota de su deuda a largo plazo ya estaba bajo revisión desde el pasado 12 de agosto.
La amenaza, que supone que existe un 50 % de probabilidades de que se rebaje la calificación de esos países que comparten el euro en los próximos 90 días, "está motivada por nuestra creencia de que el estrés sistemático en la zona euro ha aumentado en las últimas semanas de tal modo que ahora puede presionar a la baja la calificación de la eurozona en su conjunto", explicó la agencia.
A pesar de que la confirmación no llegó hasta después del fin de las negociaciones en Wall Street, los rumores y publicaciones lograron apagar el optimismo que se había hecho con los inversores desde el primer minuto de las cotizaciones, cuando habían respondido con compras a los avances para solventar la crisis de deuda en el otro lado del Atlántico.
Mientras que este domingo el Consejo de Ministros del Gobierno italiano aprobó un plan de ajuste de 30.000 millones de euros, esta jornada el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron que están de acuerdo en la aplicación de sanciones automáticas contra los países que excedan el límite de déficit del 3 % del producto interior bruto.
Además, Sarkozy y Merkel han planteado una modificación de los tratados de la Unión Europea (UE) para sustituir la regla de la unanimidad para la toma de decisiones por una mayoría cualificada del 85 % con el objetivo de evitar que "unos bloqueen los avances de otros", según la canciller alemana.
Esos acuerdos habían dejado altas las expectativas sobre la importante reunión del Consejo Europeo del próximo viernes, a lo que también ayudaba que el Fondo Monetario Internacional diera su visto bueno al sexto tramo de ayuda a Grecia, de 2.200 millones de euros, que forma parte del paquete de rescate conjunto con la Unión Europea acordado en 2010 de 30.000 millones de euros.
El optimismo en Wall Street había logrado incluso que no afectara sobre el rumbo de la jornada la publicación de datos macroeconómicos peores de lo previsto en Estados Unidos, como el descenso del 0,4 % en octubre de los pedidos a fábricas.
También se conoció esta jornada que el sector de los servicios de este país, responsable de más de tres cuartas partes de la economía, creció en noviembre a su ritmo más lento en casi dos años, según informó el Instituto de Gestión de Suministros (ISM).
Pero fueron una vez más las noticias procedentes del Viejo Continente las que finalmente marcaron el rumbo de la jornada, en la que desde el ámbito empresarial destacó que la metalúrgica Commercial Metals (subió el 0,71 %) rechazó la oferta de ser adquirida por Icahn Enterprises (1,33 %), la firma del multimillonario inversor Carl Icahn, por 1.730 millones de dólares al considerar que "infravalora" a la empresa. EFE