Rosa López
Madrid, 5 mar (EFE).- La advertencia del Banco Central Europeo (BCE) de una posible subida en abril de los tipos de interés centró la semana que termina, junto a la escalada de la violencia en Libia y la consiguiente subida del precio del petróleo.
Pese a las presiones sobre los precios por el encarecimiento del crudo, el BCE mantuvo el jueves los tipos en la zona del euro en el 1 % -el nivel desde hace 22 meses-, aunque el presidente, Jean-Claude Trichet, avisó de una posible subida en abril.
Para sorpresa de los analistas y de los mercados, que habían descontado un incremento del precio del dinero como muy pronto en julio, Trichet dijo, en un tono inusual, que "una subida de los tipos de interés en la próxima reunión (sobre política monetaria, en abril) es posible, aunque no segura".
Una amenaza que complica la crisis en España, con la economía y el sistema financiero muy endeudados, y también en otros países con problemas en los mercados de deuda, como Grecia, Irlanda y Portugal.
El BCE revisó al alza sus previsiones de inflación en la eurozona para este año hasta una media del 2,3 %, frente al 1,8 % señalado en diciembre, y pronosticó que la economía crecerá en torno al 1,7 %.
También la Comisión Europea corrigió ligeramente al alza, una décima, las previsiones de crecimiento para 2011 en la Unión Europea, que alcanzará el 1,8 %, mientras que en la zona del euro se situará en el 1,6 %.
Para España, la mejora es también de una décima, por lo que el crecimiento será del 0,8 %, bastante alejado del 1,3 % previsto por el Gobierno y menos de la mitad que la media europea.
Bruselas considera que estas previsiones muestran que la recuperación económica se afianza, pero alertan del riesgo que representa la subida de precios de la energía, motivada por la inestabilidad en el norte de África.
Para paliar los efectos en la economía del alza de los precios del crudo, el Gobierno español aprobó el viernes un paquete de medidas, entre ellas, limitar la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora, lo que permitirá rebajar en un 5 % la factura petrolera anual y ahorrar en el entorno de los 2.300 millones de euros.
Tanto la advertencia del BCE de subir los tipos, como la escalada de la violencia en el norte de África, con la crisis en Libia a la cabeza, elevó esta semana los precios del crudo hasta nuevos máximos no alcanzados desde hace dos años y medio.
El Brent, referente para Europa, cerró el viernes a 115,97 dólares; el Texas (WTI), la referencia para Estados Unidos, concluyó la semana con un nuevo máximo de 104,42 dólares, y el petróleo de la OPEP terminó el jueves a 110,48 dólares por barril.
En EEUU, el encarecimiento del petróleo ensombreció el viernes la buena noticia de que el desempleo ha logrado colocarse por debajo del 9 % por primera vez en casi dos años.
Como no podía ser menos, ambos factores también incidieron seriamente sobre los inversores y las bolsas.
Aún así, Wall Street logró acabar la semana con resultado positivo, con un avance del 0,3 % en el Dow Jones de industriales.
La bolsa española, que abría el lunes en positivo y cerraba febrero con una ganancia del 0,41 %, terminó la semana con una pérdida de casi el 3 %, mientras que el resto de las principales plazas europeas cayeron entre el 0,8 % y el 1 %.
Y esta semana, dos noticias con nombre propio: la destitución como director ejecutivo del Grameen Bank de Mohamed Yunus, el llamado "banquero de los pobres" y premio Nobel de la Paz de 2006, y la aparición por sorpresa, tras su baja médica, del confundador de Apple, Steve Jobs, quien presentó en San Francisco la segunda generación del iPad. EFE