Por Gavin Jones
ROMA (Reuters) - Los candidatos de centroizquierda del primer ministro de Italia,
Matteo Renzi, lideran el conteo de votos en cuatro de las siete regiones en las que se llevaron adelante elecciones el domingo, de acuerdo a las primeras proyecciones.
Una región quedaría en manos del partido antiinmigración Liga Norte, mientras que los candidatos de centroderecha se imponían en otras dos.
Actualmente la centroizquierda detenta el poder en cinco de las siete regiones. Si Renzi mantiene o mejora esta cuota contra una oposición dividida, algo que no parece fácil, conservaría su imagen de inexpugnabilidad unos 15 meses después de llegar al poder.
Los italianos acudieron a las urnas en unas elecciones locales que se presentaron con la primera prueba para Renzi, desde que su Partido Democrático (PD) triunfara en las elecciones al Parlamento Europeo.
Unos 22 millones de votantes estaban habilitados para elegir a los nuevos gobiernos en siete de las 20 regiones de Italia y más de 1.000 municipios tras una campaña dominada por acusaciones de corrupción contra uno de los candidatos más destacados de Renzi.
El primer ministro, de 40 años, necesita un resultado convincente para mantener el impulso de las reformas laborales y educativas, que se han encontrado con la feroz resistencia de los sindicatos, la oposición política y el ala izquierda de su propio PD.
El viernes estallaron tensiones internas en el PD, cuando la comisión antimafia del Parlamento reveló que 16 candidatos a las elecciones locales son sospechosos de corrupción o de tener vínculos con el crimen organizado.
Los candidatos llamados "impresentabili" ("impresentables") pertenecían a varios partidos, pero el de más alto perfil era Vincenzo De Luca, candidato de Renzi a la presidencia de la región sureña de Campania, cuya capital es Nápoles.
Renzi acusó a la presidenta de la comisión antimafia Rosy Bindi, que viene de la izquierda de un PD cada vez más dividido, de utilizar la comisión "para ajustar cuentas dentro del partido".
De Luca está acusado de corrupción y también tiene una condena por abuso de poder que puede impedirle ocupar el cargo aunque sea elegido. Él niega las acusaciones y amenazó con demandar a Bindi tras ser incluido en la lista.
Renzi espera que las señales de recuperación económica tras una recesión que dura ya tres años contrarresten la indignación contra De Luca y otros candidatos polémicos.