Por Ju-min Park y Jack Kim
SEÚL (Reuters) - Colaboradores de los líderes de Corea del Norte y del Sur se reunieron el sábado en la aldea de Panmunjom, en la frontera entre ambos países, generando esperanzas de que termine un enfrentamiento que puso a las dos naciones al borde de un conflicto armado.
La reunión en la Zona Desmilitarizada (DMZ por su sigla en inglés) se realizó poco después de que se cumpliera el plazo de un ultimátum norcoreano que pedía a Seúl detener su propaganda en altavoces a lo largo de la frontera o enfrentarse a una acción militar.
El plazo, que vencía a las 0830 GMT, se cumplió sin ningún incidente conocido.
Los enviados discutieron cómo resolver las recientes tensiones y mejorar las relaciones, dijo un breve comunicado de la presidencia surcoreana. Las conversaciones comenzaron la tarde del sábado y se prolongaron hasta el amanecer del domingo. El diálogo continuará durante la jornada, agregó.
La tensión en la península de Corea ha aumentado después de un intercambio de disparos de artillería que se produjo el jueves, lo que motivó pedidos de calma de Naciones Unidas, Estados Unidos y China, el mayor aliado de Pyongyang.
Los militares surcoreanos seguían en alerta máxima pese a la reunión, dijo un responsable del ministerio de Defensa.
El asesor de seguridad nacional de la presidenta surcoreana Park Geun-hye y su ministro de Unificación se reunieron con Hwang Pyong So, el máximo colaborador militar del líder norcoreano Kim Jong Un, y con un funcionario de alto rango que maneja los asuntos entre ambos países.
"El Sur y el Norte acordaron mantener contacto por la situación actual en las relaciones Sur-Norte", dijo Kim Kyou-hyun, asesor en seguridad nacional de Seúl.
Pyongyang hizo una propuesta inicial de encuentro el viernes, y Seúl respondió el sábado pidiendo que asistiera Hwang, manifestó Kim.
La agencia KCNA de Corea del Norte también anunció la reunión, refiriéndose al Sur como la República de Corea, un raro reconocimiento formal de su estado rival que contrasta fuertemente con la retórica beligerante de los últimos días.Antes del encuentro y luego del ultimátum de Pyongyang, Corea del Sur había dicho que estaba lista para responder a nuevas provocaciones del Norte.
Corea del Norte, que técnicamente aún está en guerra con el Sur después de que su conflicto entre 1950 y 1953 terminó con una tregua, no un tratado, había declarado un "cuasi estado de guerra" en las zonas del frente y había fijado el plazo límite para que Seúl detuviese sus transmisiones a través de parlantes a lo largo de la frontera.
Corea del Sur dice que continuará las transmisiones a menos que el Norte acepte su responsabilidad por las explosiones de minas terrestres este mes en la Zona Desmilitarizada, que hirieron a dos soldados surcoreanos. Pyongyang niega que haya puesto las minas.