MOSCÚ, 4 ene (Reuters) - El Ministerio de Defensa ruso culpó el miércoles al uso no permitido de teléfonos móviles por parte de sus soldados de un mortífero ataque con misiles ucranianos en el que murieron 89 militares, lo que eleva significativamente el número de víctimas mortales.
Moscú había dicho anteriormente que 63 soldados rusos murieron en el ataque del fin de semana. La reacción del Ministerio se produjo en medio del creciente enfado de algunos comentaristas rusos, cada vez más críticos con la campaña en Ucrania.
La mayor parte de la ira en las redes sociales se dirigió a los mandos militares y no al presidente ruso, Vladimir Putin, que no ha hecho comentarios públicos sobre el ataque, que supuso otro revés tras los masivos repliegues en el campo de batalla de los últimos meses.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que cuatro misiles ucranianos alcanzaron un cuartel ruso temporal en una escuela de formación profesional en Makiivka, ciudad gemela de la capital regional de Donetsk situada al este de Ucrania.
Aunque se ha puesto en marcha una investigación oficial, el principal motivo del ataque fue claramente el uso masivo no permitido de teléfonos móviles por parte de los militares, según el Ministerio.
"Este factor permitió al enemigo rastrear y determinar las coordenadas de la ubicación de los soldados para lanzar un ataque con misiles", señaló en un comunicado emitido poco después de la 1 de la madrugada (2200 GMT del martes) del miércoles.
Sin embargo, Semyon Pegov, destacado corresponsal de guerra ruso galardonado con la Orden del Valor por Putin a finales de 2022, cuestionó el razonamiento del ministerio.
En un post de Telegram, Pegov dijo que Ucrania podría haber sido capaz de localizar a las tropas a través de drones e informes de inteligencia, no necesariamente a través de teléfonos móviles.
"La historia de los 'móviles' no es muy convincente", dijo Pegov. "Rara vez digo esto - pero este es el caso en el que probablemente sería mejor permanecer en silencio, al menos hasta el final de la investigación. Como tal, parece un intento descarado de proyectar la culpa".
Pegov también afirmó que el número de víctimas aumentará.
"Por desgracia, su número seguirá creciendo. Lo más probable es que los datos anunciados correspondan a los que fueron identificados inmediatamente. La lista de los desaparecidos, por desgracia, es notablemente más larga. No puedo revelar las fuentes, pero las considero fiables".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que rara vez hace comentarios sobre ataques militares ucranianos concretos, no mencionó el ataque en un discurso por vídeo el martes en el que dijo que Rusia estaba dispuesta a lanzar una gran ofensiva para mejorar su suerte.
"No tenemos ninguna duda de que los actuales amos de Rusia lanzarán todo lo que les queda y a todos los que puedan reunir para intentar cambiar el curso de la guerra y al menos retrasar su derrota", dijo Zelenski en un discurso en vídeo.
"Tenemos que desbaratar este escenario ruso. Nos estamos preparando para ello. Los terroristas deben perder. Cualquier intento de su nueva ofensiva debe fracasar", continuó.
El ejército ucraniano ha afirmado que lanzó un ataque que provocó la pérdida de material y posiblemente personal ruso cerca de Makiivka. Pero no ha dado más detalles.
Los blogueros nacionalistas rusos y algunos oficiales prorrusos de la región cifran en cientos el número de muertos en Makiivka, aunque algunos afirman que esas estimaciones son exageradas.
COMBATES EN BAJMUT
El general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, declaró que la situación en la línea del frente cerca de la ciudad oriental de Bajmut era especialmente dura.
Las fuerzas rusas han intentado en repetidas ocasiones tomar Bajmut y sus alrededores, en algunos casos avanzando literalmente sobre los cadáveres de sus propios soldados, escribió Zaluzhny en la aplicación de mensajería Telegram, afirmando que las fuerzas ucranianas estaban resistiendo.
Un grupo patriótico poco conocido que apoya a las viudas de los soldados rusos pide a Putin que ordene una movilización a gran escala de millones de hombres y que cierre las fronteras para asegurar la victoria en Ucrania.
Zelenski reiteró las afirmaciones ucranianas de que Moscú está planeando una movilización a gran escala, un paso que, según los oficiales rusos, no se está considerando actualmente.
Un portavoz del Departamento de Estado de EEUU dijo que Washington había visto informes "de que el ejército ucraniano atacó un cuartel militar ruso que almacenaba munición dentro del territorio ucraniano" y provocó muchas bajas rusas. "También hemos leído informes de que muchos de esos soldados eran nuevos reclutas".
Putin tiene previsto hablar con el presidente turco, Tayyip Erdogan, el miércoles, según declaró a Interfax el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la última de una serie de conversaciones que ambos han mantenido desde el inicio de la guerra.
El año pasado, Turquía actuó como mediador junto a Naciones Unidas para establecer un acuerdo que permitiera la exportación de grano desde los puertos ucranianos, pero las posibilidades de que se celebren conversaciones de paz serias parecen remotas, sobre todo porque los combates siguen recrudeciéndose.
Putin lanzó su invasión de Ucrania, lo que él llama una "operación militar especial", el 24 de febrero de 2022 para disuadir las amenazas a la seguridad rusa y proteger a los rusoparlantes. Ucrania y sus aliados acusan a Moscú de una apropiación territorial no provocada al estilo imperialista.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó el miércoles de que Rusia había lanzado siete ataques con misiles, 18 ataques aéreos y más de 85 ataques con sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes en las últimas 24 horas contra infraestructuras civiles en tres ciudades, Kramatorsk, Zaporiyia y Jersón.
"Hay víctimas entre la población civil", afirmó. Rusia niega haber atacado a civiles.
Reuters no ha podido verificar de forma independiente esta información sobre el campo de batalla.
(Reporte de las oficinas de Reuters; Redacción de David Ljunggren, Grant McCool y Michael Perry; Edición de Stephen Coates, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)