Por Gabriela Baczynska y Lidia Kelly
MOSCÚ (Reuters) - Al negarse a aclarar la magnitud de su presencia militar en Siria, Rusia aumenta el temor en Occidente a que su presidente, Vladimir Putin, trate de reforzar su participación en el conflicto y lograr una posición negociadora más fuerte en las próximas conversaciones internacionales, dijeron diplomáticos occidentales en Moscú.
Esas discusiones podrían tener lugar este mismo mes, cuando Putin viaja a Estados Unidos por primera vez en ocho años para hablar en la Asamblea General anual de las Naciones Unidas.
La exigencia central de Rusia ahora es que su tradicional aliado, el presidente sirio Bashar el Asad, sea incluido en los esfuerzos internacionales para contener a los insurgentes que se autodenominan Estado Islámico y controlan grandes extensiones de Siria.
Responsables estadounidenses dijeron el miércoles que Rusia había enviado dos embarcaciones de transporte de tanques y más aviones a Siria, desplegando además un pequeño grupo de militares.
En el Líbano, las fuentes dijeron que las fuerzas rusas están participando en el combate en Siria, donde Asad ha estado bajo creciente presión.
Moscú ha señalado varias veces en las últimas semanas que está interesado en una reunión entre Putin y el presidente estadounidense, Barack Obama, en Nueva York. La Casa Blanca dice que actualmente no tiene conocimiento de ninguna reunión prevista.
Moscú buscaría utilizar un eventual encuentro para presentar ante el público Rusia a Putin como un pacificador y un socio indispensable para Washington en las crisis internacionales, incluso en un momento de grandes tensiones por el conflicto en Ucrania.