Por Julien Pretot
MENDE, Francia (Reuters) - El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, culpó a los medios por la agresión sufrida por el actual maillot amarillo de la vuelta francesa, Chris Froome, mientras el corredor del equipo Sky era protegido por la policía antes del inicio de la décimo quinta etapa del domingo.
Un espectador arrojó a Froome una botella llena de orina el sábado, cuatro días después de que su compañero de equipo Richie Porte recibiese un puñetazo durante la primera etapa de montaña de la carrera.
Froome dijo que la "irresponsable" actuación de los medios causó los incidentes, una visión que Prudhomme comparte.
"Hay una correlación entre lo que se dice en los periódicos, en la televisión, en la radio, y lo que ocurre en las cunetas·", dijo Prudhomme a los periodistas antes de comentar el trayecto de 183 kilómetros entre Mende y Valence el domingo.
Comenzaron a aparecer sospechas de dopaje después de que Froome humillase a sus principales rivales en la primera etapa pirenaica, con el comentarista de la televisión francesa Laurent Jalabert, que fue ganador de la Vuelta a España, diciendo que la actuación del británico le intranquilizaba.
"Ellos marcan el tono y la gente cree lo que ve en los medios", dijo Froome.
En 2013, una investigación del senado francés reveló que Jalabert no había pasado las pruebas retroactivas para la sustancia prohibida EPO en 1998. Jalabert nunca confesó haberse dopado.
Cinco agentes de policía estaban protegiendo el autobús del Team Sky antes del inicio de la etapa, aunque no tuvo lugar ningún incidente.
"Los chicos están asustados", dijo el director de carrera del Sky, Nicolas Portal.
Este tipo de incidentes, en cualquier caso, no son raros en el ciclismo, donde los corredores están especialmente expuestos ya que circulan sin protección a través de carreteras rodeadas de miles de aficionados.
En la segunda edición de la carrera, en 1904, Maurice Garin y Lucien Pother fueron atacados por cuatro hombres enmascarados que habían saltado de un coche.
En 1975, el gran ciclista belga Eddy Merckx recibió un puñetazo de un espectador cuando escalaba el Puy de Dome.
Más recientemente, Lance Armstrong contrató un guardaespaldas después de recibir amenazas de muerte.
En 2009, el neozelandés Julian Dean y Óscar Freire recibieron disparos de aire comprimido durante la décimo tercera etapa.
En algunos casos, sin embargo, el ciclista es el agresor. En 1984, durante una etapa de la París-Niza, el francés Bernard Hinault intentó golpear a un trabajador en huelga de un astillero cercano después de que una multitud de manifestantes invadiese la carretera.