Por Nelson Acosta
LA HABANA, 25 jul (Reuters) - Sin celebraciones especiales y con la modestia que lo distingue, el cubano Javier Sotomayor exhibe imbatible su corona de plusmarquista mundial absoluto en salto de altura tres décadas después de haber impactado al mundo en Salamanca, España.
La actuación de Sotomayor, cuyo rostro se cubre el fuerte sol caribeño usando gafas oscuras, ha acaparado espacios internacionales por décadas desde entonces en América Latina, Estados Unidos o en Europa, donde es un ídolo.
Tenía 25 años cuando el 27 de julio de 1993 logró la hazaña de sobrepasar el listón a 2,45 metros, una altura inalcanzable hasta la actualidad.
¿Hasta cuándo estará vigente su marca?. "Nadie sabe", dijo el rey de las alturas en una reciente entrevista con Reuters.
"Ahora, el 27 de julio cumplo 30 años como recordista. Me siento muy contento, muy orgulloso después de tantos años todavía tener la gloria de ser el recordista del mundo y convencido siempre de que alguien lo va a batir", señaló.
Sotomayor, de 55 años y nacido en el pueblo de Limonar, Matanzas, es secretario de la Federación Cubana de Atletismo.
El espigado exatleta acumula una hoja de brillantes resultados entre los que se incluyen la medalla de oro en los Olímpicos de Barcelona 1992 y la de plata en Sídney 2000, además de las coronas mundiales al aire libre en Stuttgart y bajo techo en Budapest.
En la capital de Hungría, en 1988, consiguió la primacía mundial en estadios bajo techo con 2,43 metros y un año después en San Juan, Puerto Rico, saltó 2,44 metros al aire libre antes de la marca de 2,45 metros que permanece inalterable.
SUECO SJÖBERG, UNO DE LOS "CULPABLES"
"Estoy cumpliendo 35 años como recordista mundial, 2,43 metros en Budapest, pero aclarando que son 30 años del récord mundial absoluto de 2,45 metros en Salamanca", destacó.
El tricampeón de los Juegos Panamericanos en Indianápolis 1987, La Habana 1991 y Mar del Plata 1995 dijo que los récords se han hecho para que se quiebren.
"Mientras vayan pasando los días, los años y todavía alguien no lo haga, voy a vivir con ese orgullo, aunque no voy a dejar de vivirlo cuando suceda que alguien me supere", dijo en el estadio Panamericano de la capital cubana.
Sotomayor narró que unos días previos al récord mundial tenía la sensación de que podía hacerlo. Una semana antes, comentó, tuvo una competencia en Londres y saltó 2,40 metros. No pudo llegar más alto producto de la lluvia, recordó.
El cubano agradece a sus rivales de entonces la progresión que tuvo para conseguir su hazaña.
El sueco Patrik Sjöberg (2,42m), explusmarquista mundial, el kazako Igor Paklin (2,41) y los estadounidenses Charles Austin (2,40) y Hollis Conway (2,39 m), entre otros, fueron sus grandes rivales.
"Había una competencia entre nosotros bien grande en cada uno de los escenarios. Hoy en día con 2,33 o 2,34 metros eres medalla de oro y con toda seguridad medallista en cualquier competición, ya sea a nivel mundial u olímpico", opinó.
"Ellos fueron los culpables de que haya saltado 2,45 metros", dijo sonriente.
Sotomayor reconoció a dos figuras que han hecho peligrar su primacía: El qatarí Mutaz Essa Barshin, con un salto de 2,43 mts en Bruselas, y el ucraniano Bogdan Bondarenko con un estirón de 2,42 mts en Nueva York. Ambos saltos fueron en el ya lejano 2014.
(Reporte de Nelson Acosta. Editado por Javier Leira)