Sídney (Australia), 6 feb (EFE).- El director ejecutivo de Qantas, Alan Joyce, dijo hoy que la aerolínea se verá obligada a vender su filial Jetstar y que se perderán puestos de trabajo si el Parlamento australiano aprueba una reforma legal para prevenir que traslade operaciones al extranjero.
"Las enmiendas que se están examinando, si son aprobadas, forzaría al grupo Qantas a reducir y suspender servicios. Y quiero dejar claro que algunas de las consecuencias de estas propuestas serían la pérdida de puestos de trabajo y la reducción de la oferta de vuelos", dijo Joyce ante un comité del Senado australiano.
El senador Nick Xenophon propuso recientemente una enmienda a la Ley de Ventas de Qantas, aprobada con la privatización de la compañía hace dos décadas, para forzarla a mantener sus principales operaciones en Australia.
Una de ellas sería el mantenimiento de las aeronaves de Jetstar lo que, según Joyce, provocaría la caída de la aerolínea o forzaría su venta para garantizar su viabilidad ante "una restricción que no se aplica a nuestros competidores".
Otra de las enmiendas obligaría las aerolíneas australianas a ofrecer las mismas condiciones salariales a la tripulación de las empresas con sede en otros países que a los empleados australianos.
Qantas y Jetstar operan algunos vuelos con tripulación de personal australiano y extranjero contratado según los salarios y condiciones laborales de sus países de origen.
Joyce advirtió de que esto sucede en vuelos que conectan pequeñas ciudades como Darwin o Cairns con sus mercados turísticos de Asia y Europa, y que esta oferta de vuelos se vería afectada si se aprueban las enmiendas.
"El impacto regional en el turismo y el desarrollo sería inmediato y negativo (...) Forzarnos a pagar salarios no competitivos respecto a nuestra competencia extranjera no es la manera de hacernos más fuertes, mejores ni más australianos", dijo el director ejecutivo de Qantas.
En agosto pasado, Qantas anunció que recortará unos 1.000 puestos de trabajo por su plan estratégico de reestructuración de su unidad internacional y de expansión por Asia.
La decisión movilizó a los sindicatos cuyas huelgas desembocaron en octubre en la decisión de la dirección de Qantas de dejar en tierra a toda su flota de aviones y a 70.000 pasajeros.
La semana pasada la aerolínea anunció un aumento de unos 7,3 dólares en los vuelos domésticos a partir del 1 de julio, cuando entre en vigor el impuesto a la emisión de dióxido de carbono en Australia. EFE