Por Steve Holland y Erin McPike
SIMI VALLEY, EEUU (Reuters) - El aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano Donald Trump intercambió ataques el miércoles con el gobernador de Florida, Jeb Bush, la ex ejecutiva Carly Fiorina y otros rivales de su partido en un debate marcado por frecuentes alusiones personales.
En el segundo debate republicano, los aspirantes se enfrentaron respecto a Irak, condenaron el acuerdo nuclear con Irán del presidente Barack Obama y mostraron profundas diferencias sobre si provocar una paralización parcial del Gobierno estadounidense para quitar fondos al grupo de salud femenina Planned Parenthood.
En momentos en que Trump exhibe una sólida ventaja en las encuestas de opinión, los otros 10 aspirantes lucharon a ratos por la atención a sólo cuatro meses de la primera contienda por la candidatura republicana para las elecciones de noviembre del 2016.
Pero a diferencia del primer debate del mes pasado, cuando la mayoría de los contendientes rehuyó cuestionar directamente a Trump, varios aspirante participaron en los intercambios personales a ratos feroces con el magnate de bienes raíces y ex estrella de un "reality show".
Deleitándose en el centro de atención, Trump promocionó su experiencia empresarial y disparó insultos, haciendo una broma sobre la apariencia del senador Rand Paul y declarando que el ex gobernador de Nueva York George Pataki "No podría ser electo como perrero".
Trump atrajo una fuerte reprimenda de Fiorina, ex presidenta ejecutiva de Hewlett-Packard, por su comentario reciente en una entrevista donde dijo que los votantes podrían no respaldarla debido a su cara.
"Creo que las mujeres de todo el país escucharon muy claramente lo que dijo el señor Trump", dijo Fiorina, recibiendo aplausos.
Trump se inclinó hacia ella y respondió: "Creo que ella tiene una cara hermosa, y creo que es una mujer hermosa".
Twitter (NYSE:TWTR) informó más tarde que la respuesta de Fiorina a Trump fue el momento más comentado del debate en la red de micromensajería.
Bush, un blanco frecuente de las burlas de Trump por su campaña "de bajo consumo de energía", criticó el multimillonario por su amabilidad previa con los demócratas y por tratar de llevar la industria de los juegos de casinos a Florida.
"Él pidió a Florida que tuviéramos juegos de casinos y dijimos que no", dijo Bush. Trump se encogió de hombros con desdén y negó haber tratado de entrar en la industria de los casinos en Florida. "(Estás) equivocado (...) Jeb, vamos". Y agregó: "¿Con más energía esta noche? Me gusta eso".
Bush se ha visto eclipsado por la retórica agresiva de Trump en la carrera para convertirse en el candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre del 2016, pero había prometido ser más agresivo en este debate.