Por Lefteris Papadimas
ATENAS (Reuters) - Alexis Tsipras ha mandado en un momento cercano a la muerte para el sistema financiero de Grecia y realizó un giro de 180 grados en su resistencia a la austeridad, pero el primer ministro sigue dominando la política de la nación, sin ningún contrincante serio a la vista.
Mientras sus ministros debaten públicamente la posibilidad de unas elecciones anticipadas, Tsipras parece casi listo para explotar su resistente popularidad en Grecia y consolidar más aun su posición después de siete turbulentos meses al mando.
Un logro tangible de Tsipras ha sido sellar un nuevo acuerdo de rescate para Grecia, pero en términos tan onerosos que parte de su propio partido de izquierda, Syriza, amenaza con salirse.
Sin embargo, a los griegos les gustan los luchadores y los votantes de Syriza aún admiran cómo batalló ante la zona euro y el FMI por un acuerdo mejor, aunque perdiera.
Sobre todo, ven al guapo y carismático político de 41 años como un líder impoluto de un país con un historial de corrupción que estuvo cerca de la quiebra durante años.
"Tsipras es el político más popular ahora. Es joven y fresco, y nunca ha estado implicado en escándalos", dijo Ilias Tiganis, quiosquero de 50 años en el centro Atenas. "La gente no olvida que los gobiernos anteriores y los partidos de la oposición llevaron al país a esta situación", dijo.
Dudar en convocar elecciones puede ser arriesgado par Tsipras, que ganó los comicios en enero con mucha experiencia en la protesta política y ninguna en dirigir un país.
Dos decisiones bajo su mando - tomadas a medida que se aproximaba el desastre - probablemente dañen a sus apoyos los próximos meses.
A finales de junio su Gobierno cerró los bancos durante tres semanas, imponiendo controles de capital mientras Grecia se precipitaba a la quiebra a la vez que trataba de lograr concesiones de los acreedores.
Aunque eso salvó al sistema financiero, los negocios pasan apuros con los límites a las retiradas de efectivos y pagos que siguen en pie. El paro sigue en el 25 por ciento y los controles de capital - que probablemente sigan hasta que los bancos sean recapitalizados este año - podrían cobrarse más empleos.
Luego Tsipras capituló ante los acreedores - en contra de sus promesas electorales de revertir las políticas de austeridad impuestas en los dos primeros rescates a Grecia - para evitar la salida del euro. Aceptó más recortes de gasto y de pensiones, aumentos ed impuestos y reformas económicas que pronto afectarán
"Mi conciencia está limpia", dijo al Parlamento antes de aprobar el rescate el viernes. "Es lo mejor que pudimos lograr con el actual equilibrio de poder en Europa, bajo las condiciones de asfixia económica y financiera impuesta sobre nosotros", dijo.
Sus seguidores le creen. "Los votantes de Syriza piensan que Tsipras luchó de verdad en la zona euro y obtuvo lo máximo que pudo", dijo Thomas Gerakis, analista político y jefe de la empresa de encuestas Marc. "Acusan a los responsables de la zona euro más que a Tsipras por el nuevo paquete de austeridad", dijo.
Con el parón estival no se sabe con precisión lo popular que sigue siendo Tsipras. Una encuesta de Metron Analysis publicada el 24 de julio mostró que el 61 por ciento tenía una opinión positiva de su actuación. El apoyo a Syriza estaba en el 33,6 por ciento, de lejos el partido más popular, pero no lo suficiente para gobernar sin un socio.
(Información adicional de Greg Roumeliotis. Traducido por Rodrigo de Miguel en la Redacción de Madrid)