BEIRUT (Reuters) - Varias poblaciones controladas por el Estado Islámico han sido capturadas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición de milicias apoyadas por Estados Unidos que incluye un poderoso contingente kurdo, dijo el lunes una organización de seguimiento de la guerra.
El avance es parte de una campaña militar apoyada por una coalición internacional que encabeza Estados Unidos para expulsar al Estado Islámico de su capital en Siria, Raqqa, y llega poco después de las victorias de las FDS contra el grupo yihadista en el norte del país.
El grupo más fuerte de las FDS son las Unidades Populares de Protección o YPG, una milicia kurda, pero Washington ha dicho que cualquier operación que retome Raqqa debería ser predominantemente árabe, puesto que la mayoría de los residentes de la ciudad lo son.
Los últimos avances en la zona rural a unos 50 kilómetros al oeste y al noroeste de Raqqa estuvieron precedidos por una fase anterior de victorias de las FDS en otro frente a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad.
Tres soldados de las FDS murieron en combate contra el Estado Islámico tras la captura de cinco pueblos, dijo el lunes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización que supervisa el desarrollo de la guerra desde su sede en Reino Unido.
El Estado Islámico ha pasado por una situación complicada tanto en Siria como en Irak, donde sufre el asedio de Mosul, su mayor y más importante feudo, después de que una serie de ataques aéreos de Estados Unidos acabase con la vida de muchos de sus líderes este año.
Sin embargo, a principios de mes el grupo lanzó un ataque sorpresa a 160 kilómetros al suroeste de Raqqa para recapturar la antigua ciudad de Palmira, que había perdido en marzo tras nueve meses de ocupación al ser derrotado por las fuerzas gubernamentales sirias, que contaron con el apoyo aéreo ruso.
El ataque puso en evidencia los riesgos que todavía supone el grupo por todo el país, a pesar de las pérdidas territoriales que empezó a experimentar a mediados de 2015, incluyendo zonas junto a la frontera turca que en el pasado fueron su principal ruta a través de la cual se proveían de suministros y reclutas.
Una segunda campaña contra el Estado Islámico en el noroeste de Siria, organizada por Turquía y grupos rebeldes aliados de Ankara, complica también los esfuerzos contra los extremistas. Esta campaña ha logrado arrebatar al grupo yihadista un terreno muy amplio, pero tiene asimismo como objetivo detener la expansión kurda.
Los rebeldes sirios apoyados por Turquía intentan ahora capturar la ciudad de Al Bab, en manos del Estado Islámico, un movimiento que pondría fin a las expectativas kurdas de unir las dos zonas de autogobierno que tienen en el norte del país.
En la mañana del lunes, el Ejército turco dijo que uno de sus soldados había muerto el domingo en la explosión de un coche bomba en Al-Bab y que 11 militantes murieron ese mismo día en los combates.