OSLO (Reuters) - Un criminal condenado por delitos sexuales ha logrado escapar de una prisión en una isla noruega montado en una tabla de surf, utilizando una pala de plástico para remar hasta tierra, según informaron las autoridades el miércoles.
La prisión de baja seguridad de Bastoy, famosa por sus granjas ecológicas y por permitir a los presos ver películas, montar en bicicleta y utilizar las playas locales, no tiene ningún tipo de vallado y a menudo se señala como el último símbolo del énfasis que pone Noruega en su política de encarcelamientos humanitarios.
El preso, un hombre de unos 25 años, no era considerado peligroso para la sociedad. Desapareció durante la noche, y una tabla de sur y una pala que pertenecían al preso fueron halladas en la costa del país, a unos tres kilómetros.
"Suena espectacular que haya sido así. Pero si no hubiera sido en una tabla de surf, habría sido de otro modo. No es tan difícil encontrar algún aparato flotante de cualquier tipo en la isla", dijo el jefe de la prisión, Tom Eberhardt, a Reuters.
Con varios asesinos, violadores y traficantes de drogas habitualmente entre los delincuentes que se encuentran en la isla, que trabajan en la agricultura, cocinando o realizando otro tipo de tareas, el énfasis de la prisión es prepararlos para un posible regreso a una vida normal.
Muchos de los 115 presos comenzaron sus sentencias en una prisión de alta seguridad para después solicitar su traslado a Bastoy. Para escoger a los más apropiados para la experiencia se realiza un proceso de selección.
La pequeña y pintoresca isla tiene buena conexión, con una decena de salidas en ferri diarias, principalmente para empleados y visitantes. Son raras las fugas y cuando se detiene a alguien que ha intentado huir, es poco probable que se le permita regresar a Bastoy.
"No hay billete de vuelta si huyes", asegura Eberhardt.