Por Andrew Osborn
MOSCÚ (Reuters) - Miles de rusos marcharon el sábado por Moscú para homenajear al asesinado crítico del Kremlin Boris Nemtsov, en el primer aniversario de su muerte, y para impulsar sus demandas de que las autoridades encuentren y castiguen a la persona que ordenó su muerte.
Nemtsov, que tenía 55 años, fue un líder de la oposición y ex viceprimer ministro tiroteado cerca de los muros del Kremlin en la tarde del 27 de febrero de 2015, mientras caminaba a casa con su novia tras salir de un restaurante.
Los investigadores han culpado a un grupo de chechenos de su asesinato. Pero los seguidores de Nemtsov dicen que los sospechosos son sólo operativos de perfil bajo pagados para matar al prominente crítico del presidente Vladimir Putin.
Añaden que la persona que ordenó el asesinato no ha sido ni identificada ni detenida.
"Nemtsov fue asesinado porque había expuesto a Putin por lo que era en varios informes", dijo una de los manifestantes, Irina Vorobyova, de 60 años, a Reuters. "Era un digno oponente político para Putin, pero le había insultado", dijo.
Vorobyova, como muchos otros en la marcha, dijo que pensaba que Ramzan Kadyrov, el líder checheno respaldado por el Kremlin, había ordenado el asesinato de Nemtsov para complacer a Putin.
Kadyrov niega su implicación, aunque fue alabado por uno de los sospechosos como "un auténtico patriota de Rusia".
Las autoridades cerraron el centro de Moscú para el acto del sábado, acordonando a los manifestantes con vallas metálicas custodiadas por policías, algunos de ellos con protecciones corporales y cascos.
La Policía dijo que el número de participantes era de 7.500 personas, pero un grupo de observadores la cifró en 25.000. Algunas figuras de la oposición dijeron que hubo hasta 100.000 personas.
Un periodista de Reuters vio a un hombre arrastrado hasta una calle aledaña esposado.
"RUSIA SIN PUTIN"
"Asesinado por la verdad", decía un cartel. Otro, que mostraba la mirilla de una escopeta de francotirador, preguntaba: "¿Quién es el siguiente?".
Algunos llevaban retratos de Nemtsov y cantaban "Rusia será libre" y "Rusia sin Putin". Actos similares se realizaron en otras ciudades de Rusia.
Nemtsov había autorizado un informe crítico con el mandato de Putin, y, poco antes de su muerte, había trabajado en un informe que investigaba el papel militar de Rusia en Ucrania.
Aunque era reverenciado por muchos seguidores como un hombre del pueblo, algunos rusos no le querían, asociándolo con la década de 1990, un momento de agitación política y dolorosas reformas mientras participó en el gobierno del presidente Boris Yeltsin.
Las autoridades prohibieron que las marchas llegasen al lugar de su asesinato, en un puente cerca del Kremlin. Pero muchos acudieron tras la marcha para dejar flores en un santuario improvisado que las autoridades han tratado de destruir repetidamente.
Los rusos cercanos a la oposición dicen acusan al Kremlin de llevar a cabo una campaña para borrar la memoria de Nemtsov. El Kremlin ha quitado importancia a la figura de Nemtsov, calificando su asesinato como una "provocación".
La hija de Nemtsov, Zhanna, ha reiterado que quiere que Kadyrov sea interrogado sobre la muerte de su padre.
Kadyrov, que se autodenomina "soldado de infantería de Putin", dijo a la estatal NTV: "Nemtsov no me molestaba en la vida real porque no estaba a mi nivel".