Lisboa, 10 ene (EFE).- El empeoramiento de las perspectivas económicas en Portugal ha llevado al banco central luso a rebajar sus estimaciones de recesión para este año en casi un punto, hasta el 3,1 por ciento, y prever un crecimiento prácticamente nulo en 2013.
En la revisión trimestral de sus previsiones, publicada hoy en el "Boletín de Invierno", el Banco de Portugal advierte de una "contracción sin precedentes de la actividad económica y de la demanda interna" del país entre 2011 y 2013, debido fundamentalmente a la política de ajustes y recortes llevada a cabo por el Gobierno.
Los últimos cálculos del banco central luso apuntan a que Portugal cerró 2011 con una recesión del 1,6 por ciento, tres décimas mejor que en su anterior boletín.
Tendencia contraria registran sus estimaciones para 2012, que se agravan hasta situar el descenso de la actividad económica en el 3,1 por ciento, nueve décimas más de lo previsto hace tres meses.
De cara a 2013, el Banco de Portugal habla por primera vez de "estancamiento" y prevé un crecimiento de la economía mínimo, de apenas el 0,3 por ciento.
Esta cifra contrasta con los cálculos que manejaba inicialmente el Ejecutivo luso, que apuntaban a que en 2013 se empezaría a superar la crisis con una subida del PIB del 1,2 por ciento.
El optimismo del Gobierno portugués ya fue cuestionado hace tres meses por el presidente de la patronal lusa, António Saraiva, que consideró "prácticamente imposible" que el país creciera en 2013.
El informe del Banco de Portugal justifica en buena parte el empeoramiento de sus previsiones por las medidas de austeridad adicionales adoptadas por el Ejecutivo para cumplir con sus objetivos de reducción del déficit público.
"El proceso de consolidación presupuestaria en curso afectará negativamente al crecimiento de la economía, pero deberá crear condiciones para un crecimiento sostenible a largo plazo", considera el banco central.
El Gobierno luso, de signo conservador, amplió los ajustes y las reformas acordadas en mayo del año pasado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de su rescate financiero, de 78.000 millones de euros, debido a la aparición de varios desvíos en las cuentas públicas lusas.
Para compensar estos "agujeros" y cumplir con sus compromisos, las autoridades portuguesas optaron por pactar con la banca la transferencia parcial de fondos de pensiones a la Seguridad Social, lo que permitió cerrar el 2011 con un déficit público en el entorno del 4,5 por ciento, un punto y medio mejor de lo acordado.
El Banco de Portugal, sin embargo, recuerda hoy en su informe que el cumplimiento de sus objetivos el pasado ejercicio "apenas fue alcanzado por haber recurrido a medidas autorreversibles, es decir, que no tienen un impacto permanente en el déficit y generan aumentos de deuda en el futuro".
En este sentido, el banco central luso destacó que la transferencia de fondos de pensiones "implicará un incremento del gasto futuro en pensiones a cargo del Estado".
El "Boletín Económico de Invierno" apunta, asimismo, a que el "significativo crecimiento" de las exportaciones no compensa, por el momento, el fuerte descenso de la demanda interna.
El aumento de impuestos (entre ellos el IVA), la reducción de la inversión pública o el recorte de hasta dos pagas extra a los funcionarios con sueldos superiores a 600 euros mensuales son algunas de las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno que hacen prever un descenso del consumo privado hasta mínimos históricos. EFE