Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
- ¿Por qué ya no gusta el oro?
- Dólar: ¿Cómo afecta la crisis griega a Estados Unidos?
- El AUD, en mínimos de 6 años; el Banco de la Reserva de Australia mantiene inalterada su política monetaria
- NZD: China se desespera; el 25% de sus valores, inmóviles
- USD/CAD: reacción retardada al declive
- El dólar ofrece seguridad y rendimiento
- La libra, azotada por el descenso de los bonos del Reino Unido
¿Por qué ya no gusta el oro?
Dos de los grandes beneficiarios de la crisis de Grecia son el dólar estadounidense y el yen japonés. Es habitual que aumente la demanda de las divisas consideradas refugio seguro en tiempos de incertidumbre pero el oro debería estar avanzando también. Sin embargo, en lugar de subir, el precio del oro ha registrado su mayor descenso intradía de las últimas 15 semanas. La falta de apuestas por el oro, siendo este también refugio seguro habitual, nos indica una de dos: o que un subconjunto de inversores aún alberga la esperanza de que pueda llegarse a un acuerdo o que, por otro lado, la previsión de que se produzca una subida de los tipos de interés en algún momento (incluso aunque se posponga) hace que el interés en el dólar sea mayor que el de oro.
Al mismo tiempo, la ralentización de la economía china, junto con las intenciones de la India de restringir las importaciones por medio de los bonos soberanos vinculados al oro, también ha afectado a la demanda del metal precioso. El oro muestra una tendencia bajista a largo plazo y, aunque es probable que se registren más pérdidas, si los bancos centrales de todo el mundo empiezan a plantearse el incremento de medidas de estímulo para evitar la volatilidad, el oro recuperará su lustre. Mientras tanto, todos deberíamos dar por hecho que el tremendo vaivén del euro va a continuar.
Según el presidente del Eurogrupo, Joroen Dijsselbloem, Grecia podría presentar una nueva propuesta este miércoles y el siguiente paso sería la solicitud de un préstamo al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). La concesión de dicho préstamo podría suponer un salvavidas para la nación que se ahoga en la deuda y proporcionaría al Gobierno el respiro a corto plazo que tanto necesita.
La decisión no será fácil, ya que las naciones de la zona euro tendrían que asumir el riesgo de las pérdidas, pero si Grecia se compromete a implementar sus reformas, los acreedores podrían recuperar de verdad su dinero. La alternativa serían pérdidas: montones de pérdidas. Hay muchos expertos europeos en política monetaria que opinan que el denominado “Grexit” (salida de Grecia de la zona euro) es inevitable.
Ilmars Rimsevics, miembro del Banco Central Europeo, ha sido uno de los críticos más elocuentes: afirma que el panorama más probable es la asignación de otra divisa para los griegos y un miembro menos en la eurozona. No se nos ocurre otro desenlace de la crisis de Grecia que no implique algún tipo de alivio de la deuda pero pasará algún tiempo antes de que las naciones de Europa accedan a algo así. Así que el euro podría oscilar desde ahora, pero tendremos que estar atentos para vender al alza.
El AUD, en mínimos de 6 años; China se desespera
Al igual que el dólar de Estados Unidos y el yen japonés han sido dos de los beneficiarios de la crisis de Grecia, los grandes perdedores han sido los dólares australiano y neozelandés. El AUD/USD registró mínimos de seis años mientras que el NZD/USD alcanzó su cota más baja del último lustro. El dólar canadiense también amplió pérdidas y se mantuvo en un rango de 50 pips en torno a sus mínimos de 6 años con respecto a su homónimo estadounidense.
Los inversores temen que la crisis de Grecia, la venta masiva de valores de China y el descenso de los precios de las materias primas puedan conducir a una ralentización más drástica de las economías de Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Curiosamente, el Banco de la Reserva de Australia no hizo mención a China en su anuncio sobre política monetaria de anoche. El banco australiano decidió mantener inalterados sus tipos de interés e indicó que es probable que se produzca una mayor depreciación del tipo de cambio.
Aunque podrían darse por satisfechos con el reciente descenso del AUD/USD, el hecho es que un crecimiento a corto plazo menor de lo previsto, la capacidad de reserva y la caída de los precios del mineral de hierro podrían provocar un mayor debilitamiento del AUD/USD. Si los precios de las materias primas siguen bajando y los valores de China no se estabilizan, el Banco de la Reserva de Australia podría recortar sus tipos en agosto o diciembre. La posibilidad de expansión cuantitativa (por pequeña que sea) va a tener al AUD y el NZD sometidos a mucha presión. Mientras, los chinos se están desesperando: cerca de un 25% de los valores de China se han estancado a pesar de los esfuerzos de Pekín por evitar que sigan bajando. El índice compuesto de Shanghái se dejó otro 1,29% y el de Shenzen cayó un 5,3%. Durante el mes pasado, ambos índices han perdido más de un 27% de su valor. Estamos convencidos de que al Gobierno chino le queda un largo camino hasta que sus valores toquen fondo, y dicho camino podría incluir la implementación de medidas de expansión cuantitativa. Los datos sobre concesiones de licencias de obra constituyen la única información económica pendiente de publicación en los tres países productores de materias primas. Los precios del petróleo se han estabilizado por encima de los 52 USD por barril aunque el declive general seguirá lastrando la economía canadiense.
El dólar ofrece seguridad y rendimiento
El dólar ganó posiciones con respecto a las demás monedas principales, con la excepción del yen japonés que se mantuvo inalterado. Aunque el déficit comercial se amplió y las exportaciones registraron su mayor caída en los últimos tres meses, los inversores no parecían verse afectados por el informe y se movieron básicamente en función del interés por los activos de riesgo.
El dólar ha sido un gran beneficiario de la tendencia contraria a las inversiones de riesgo y todo apunta a que mañana las actas del FOMC recordarán a los inversores que el dólar es una opción muy apetecible en cuanto a rendimiento se refiere. Sin embargo, teniendo en cuenta que la última reunión celebrada en junio incluía una rueda de prensa y las últimas previsiones de la Fed, no esperamos sorpresa alguna. Janet Yellen no ofreció una hoja de ruta clara en relación con el despegue de los tipos, lo que al principio supuso una decepción para los inversores. No obstante, del anuncio del FOMC y las previsiones, se desprende que la mayoría de los responsables de política monetaria esperan que los tipos de interés suban este año. De hecho, casi todos prevén dos subidas de un cuarto de punto cada una en 2015. Aunque Yellen afirma que no se ha tomado ninguna decisión en cuanto a la fecha del despegue, sí ha admitido que hay suficientes datos como para poder justificar una subida de los tipos, y lo que es más importante: ha abandonado su costumbre de quitarle importancia a la primera subida. Aunque la visión de la Fed pueda haber cambiado desde la última reunión, es posible que se observe más optimismo que cautela en las actas.
La libra, azotada por el descenso de los bonos del Reino Unido
La divisa británica cerró la jornada a la baja con respecto al dólar ante los dispares datos económicos. La producción industrial aumentó un 0,4% pero la producción del sector manufacturero descendió un 0,6%. En vista de la caída de 17 pbs del rendimiento de los bonos del Reino Unido a 10 años (frente a la caída de 2 pbs de los bonos del Tesoro a 10 años), los inversores se están replanteando sus expectativas en cuanto a la subida de los tipos del Banco de Inglaterra. Aunque nosotros creemos que la venta masiva de libras es una reacción exagerada -porque lo antes que el banco habría subido los tipos es en 2016- los inversores en libras no deberían perder de vista el rendimiento de los bonos.