La Unión Europea pensaba que el compromiso de disciplina fiscal y presupuestaria sería suficiente para acabar con los problemas que vive el euro. Pero la verdad es que después de la resaca del fin de semana todas las bolsas europeas han cerrado con pérdidas.
Los inversores no creen que las medidas sean suficientes para solucionar la crisis de la deuda. “Una de los primeras cuestiones que habrá que afrontar es si cumpliendo las nuevas normas, los miembros de la eurozona serán capaces de solucionar los problemas. Por ahora los mercados creen que no”, comenta Justin Urquhart, economista de Seven Investment Management.
A las dudas de los inversores se unen las preocupaciones por las consecuencias que tendrá la decisión del Reino Unido de quedar al margen del acuerdo europeo.
Otro punto que el tratado no recoge y que tiene en vilo a los inversores es el papel que jugará el Banco Central Europeo y si prestará dinero o no a los países con más dificultades.