Los precios de la electricidad suben en toda Europa, y aún no es invierno. En el Reino Unido, el precio de la electricidad de base alcanzó el lunes las 354 libras por megavatio-hora (MWh). Eso supone una subida de un 700% con respecto al precio medio de la década 2010-2020. Los precios intradía durante las horas de máxima demanda son aún más elevados, llegando a alcanzar las 1.750 libras por MWh.
El fenómeno no sólo afecta al Reino Unido. En el continente, Alemania ha visto duplicadas sus tarifas eléctricas, que ahora se sitúan por encima de los 100 euros por MWh. En Francia y los Países Bajos también se han producido aumentos de las tarifas. Pero el panorama de frio de este invierno no estaría completo sin echar un vistazo al gas natural, cuyos precios se han triplicado recientemente.
Este increíble repunte de los precios es muy preocupante para los consumidores europeos, sobre todo porque sólo estamos en septiembre. ¿Qué significa esto de cara a la temporada de invierno? A menos que se rectifique la situación, los consumidores podrían prever que pagarán tarifas aún más exorbitantes, y algunos se verán obligados a quedarse sin calefacción y/o luz.
El problema no es sólo el resultado de la falta de oferta y la alta demanda. Algunas políticas europeas diseñadas para facilitar la transición a la energía limpia están agravando la situación.
Eso significa que el aumento del suministro de energía no bastará para aliviar la subida de los costes o la posibilidad de que las tarifas vuelvan a subir precipitadamente con el desarrollo de los acontecimientos futuros. Pero hay otros actores en la fiesta que afectan a la situación.
Echemos un breve vistazo a cuatro de esos catalizadores:
1. Escasez de existencias de gas natural
Las reservas de gas natural de Europa alcanzaron este agosto su cota más baja en años. Esto se atribuye al aumento de la demanda producido cuando las economías relajaron las restricciones por la pandemia este verano.
Durante la pandemia, la demanda de gas natural disminuyó y los productores redujeron la producción. No aumentaron la producción para prepararse para el aumento del verano.
2. Rusia le corta los flujos de gas natural a Europa
Por razones que aún no están claras, Rusia recortó sus envíos de gas natural a Europa a finales de agosto, y las redujo aún más en septiembre. Algunos analistas han especulado que se trata de una medida deliberada de Gazprom (MCX:GAZP), propietaria de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream II.
El Nord Stream suministra gas natural desde Rusia a Alemania, que a su vez lo distribuye a otros países europeos. El Nord Stream II es otro de estos gasoductos que se ha construido, pero aún no está operativo.
El controvertido gasoducto Nord Stream II, que imita el primer gasoducto Nord Stream, aún no está en funcionamiento debido a la normativa europea. Algunos analistas creen que Gazprom ha cortado el suministro de gas a Europa para impulsar el precio del gas natural y presionar a la Unión Europea para que permita a Gazprom empezar a bombear gas natural a través de Nord Stream II.
Según Gazprom, el problema es que el repentino aumento de la demanda de gas natural en Europa ha coincidido con el mantenimiento y los preparativos para el invierno ya programados, que no se pueden retrasar. Gazprom afirma que ha reducido los flujos de gas natural a Europa en parte porque se está preparando para el aumento de demanda previsto para este invierno. Parte de esta preparación, dijeron, requiere el bombeo de gas en instalaciones de almacenamiento subterráneo.
3. Los permisos de emisión de carbono hacen subir los precios de los combustibles fósiles
El aumento de los precios del gas natural ha empujado a las compañías eléctricas europeas a recurrir a las centrales de carbón. Sin embargo, la normativa europea estipula que las empresas de servicios públicos deberían compensar el aumento de emisiones de carbono del carbón comprando más permisos de carbono, que se negocian en el mercado.
El aumento de la demanda de permisos de emisión de carbono ha hecho subir los precios, lo que hace que la combustión del carbón sea tan cara como la del gas natural. Esto, a su vez, aumenta el coste para los consumidores.
4. El viento del Mar del Norte ha dejado de soplar
La crisis de precios de la electricidad en el Reino Unido se ve agravada por su dependencia de los parques eólicos del Mar del Norte. El Reino Unido suele generar alrededor de una cuarta parte de sus necesidades energéticas a partir de estos parques eólicos. Pero en septiembre, la energía generada a partir de este viento se ha reducido a sólo el 11%.
Para los inversores, la escasez de energía en Europa ayudó a elevar los precios de las acciones de las empresas de gas natural licuado (GNL), como el exportador estadounidense Cheniere Energy. Los traders de materias primas han visto subir el precio de ciertos tipos de carbón y los precios del gas natural en Europa, como ya se ha mencionado, se han disparado.
El contrato de referencia del carbón de la UE también ha subido y es probable que siga siendo elevado mientras Europa siga quemando más carbón para satisfacer la demanda. Los precios del petróleo no se han visto afectados significativamente por la situación energética hasta ahora, ya que las centrales eléctricas han recurrido al carbón en lugar de al petróleo.
Es posible que la subida de los precios de la electricidad en Europa se equilibre en octubre, cuando Rusia reanude los suministros normales de gas natural a Europa. Una gran ayuda podría llegar si el gasoducto Nord Stream II comienza a funcionar. Sin embargo, el temor a una escasez de gas natural podría mantener los precios de la electricidad en niveles superiores a la media durante todo el invierno.
Es probable que situaciones agudas como la actual sean más frecuentes y más intensas en los próximos meses y años, a medida que los países de toda Europa avancen en sus planes de cierre de plantas nucleares y de carbón para cumplir los objetivos del cambio climático.
La situación actual pone de manifiesto los peligros que entraña para Europa depender demasiado de energías renovables poco fiables y de instituciones rusas que persiguen sus propios intereses por encima de los de Europa. Incluso después de que se resuelva la situación actual, estos mismos problemas podrían volver a dar la cara fácilmente en algún momento.