Líderes de países de todo el mundo se reunirán en Escocia durante casi dos semanas a partir del domingo 31 de octubre para la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, más coloquialmente conocida como COP26, para debatir sobre el cambio climático y las restricciones a las emisiones de combustibles fósiles.
Se espera que la COP26 sea la reunión medioambiental más importante e impactante desde la COP21 de París en 2015, que dio lugar al Acuerdo Climático de París. Como es probable que veamos una serie de titulares y artículos sobre la cumbre, es importante que los operadores entiendan qué noticias de los responsables políticos y los ecologistas podrían afectar a los precios del petróleo a corto y largo plazo.
He aquí un vistazo a cuatro formas en las que el ecologismo climático trata de influir en la industria (incluyendo la COP26 y otras) y cómo los comerciantes deben evaluar los impactos:
1. Acuerdos/conferencias internacionales y ONG
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional que cada país se comprometió a alcanzar en el marco del Acuerdo de París son "legalmente vinculantes" en teoría, pero no existen mecanismos de aplicación para que la ONU haga responsables a los países. Si un estado no cumple su parte del acuerdo, la ONU no puede hacer nada.
Además, China e India han quedado exentos de los términos del Acuerdo. La adhesión de un país a sus propios compromisos depende de la voluntad del gobierno, o de la voluntad del pueblo, de ponerlos en práctica. Algunos países se toman sus compromisos más en serio que otros. Como hemos visto con las transiciones en la Casa Blanca, un cambio de liderazgo puede significar que un nuevo dirigente puede simplemente alterar la participación en este acuerdo sin consecuencias reales.
Los comerciantes deben estar atentos a los nuevos compromisos asumidos en la cumbre de Escocia, concretamente a la actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. Los titulares sobre estas promesas pueden tener un impacto en el mercado a corto plazo. Sin embargo, a menos que los países apliquen estas políticas, el simple hecho de hacer una declaración no afectará a la industria o al mercado a largo plazo.
2. Demandas judiciales sobre el clima
De vez en cuando, veremos un titular sobre una demanda climática presentada por un grupo ecologista o una entidad gubernamental para promover políticas climáticas ecológicas. El objetivo final de estas demandas es cambiar la forma de hacer negocios de la industria.
En la actualidad, los gobiernos estatales y locales de Estados Unidos han presentado unas 24 demandas contra las principales empresas petroleras y de gas, acusándolas de contribuir al cambio climático por la venta de combustibles fósiles. Estas demandas tardan en abrirse camino en el sistema legal. Aunque tienden a generar titulares, las demandas no suelen cambiar mucho el funcionamiento de la industria. Hemos visto algunas repercusiones en los detalles del funcionamiento de la industria, pero las demandas no han disminuido notablemente la oferta o la demanda.
Los operadores deberían prestar atención a algunos de estos titulares por el impacto de los precios a corto plazo, pero todavía no hemos visto juicios que tengan efectos estructurales a largo plazo en la industria o el mercado.
3. Regulación gubernamental
Muchos gobiernos quieren imponer restricciones y regulaciones sobre el uso de combustibles fósiles y las emisiones de carbono. Sin embargo, cada vez vemos más indicios de que la población no está del todo convencida. Por ejemplo, en Suiza, donde muchas de las decisiones se toman en última instancia por votación de democracia directa (toda la población tiene la oportunidad de votar sobre una decisión) los votantes rechazaron una ley que frenaría los gases de efecto invernadero. El voto suizo hace casi imposible que Suiza alcance los objetivos climáticos que sus dirigentes quieren impulsar en la COP26.
A menudo los gobiernos hacen anuncios sobre planes para años en el futuro que llaman la atención y hacen que la gente se preocupe por las restricciones en el uso de combustibles fósiles, pero estos planes a menudo no se implementan o no se implementan como se describen. Cuando los responsables políticos anuncian planes para 2030 o 2050, es poco probable que estén en el cargo cuando llegue la fecha límite. Hay que tener en cuenta que estas políticas tienen más que ver con ganar el protagonismo de un gran anuncio que con cambiar la forma de utilizar los combustibles fósiles.
Pero la mayoría de los gobiernos tienen una increíble influencia sobre sus industrias locales de combustibles fósiles, tanto sobre los productores de combustibles fósiles como sobre su consumo en su país. Por ejemplo, en Estados Unidos, bajo la administración Trump, se fomentó la producción de petróleo y se elevó a niveles muy altos. Ahora, bajo la administración Biden, la actitud hacia la producción de petróleo es más negativa y su regulación de la industria es más estricta. Como resultado, los productores están menos inclinados a perforar nuevos pozos, lo que está contribuyendo a una menor producción de petróleo -y a precios más altos- este año.
Los operadores deben saber que la regulación gubernamental tiene un mayor impacto en el mercado y en la industria a largo plazo.
4. Comportamiento de las empresas
Tal vez los esfuerzos de los activistas del cambio climático con mayor repercusión en la oferta y la demanda procedan de las propias empresas de petróleo y gas. Las empresas -especialmente las que cotizan en bolsa- se enfrentan a múltiples presiones para apoyar las acciones climáticas de los ecologistas. Entre ellas se encuentran los consejos de administración activistas, las relaciones públicas y el marketing, y las relaciones con los inversionistas.
La mayoría de estas empresas están recortando su presupuesto de exploración y producción, incluso desde 2015. Las empresas están haciendo estos recortes porque quieren ahorrar dinero y devolver más dinero a los accionistas en forma de dividendos. Esto, a su vez, debería aumentar el precio de las acciones de la empresa, lo que enriquece a todos los implicados. Sin embargo, no se puede subestimar la perspectiva ecologista en esta decisión casi generalizada de recortar la exploración y la producción.
Si la tendencia a reducir los presupuestos de exploración y producción se mantiene en los próximos años -y todo indica que continuará-, podemos esperar ver escasez de petróleo y gas.