La pasada semana, tras cinco semanas de alzas, las bolsas internacionales se dieron un respiro. El record de hospitalizaciones por coronavirus y el bloqueo en las negociaciones sobre nuevos los nuevos estímulos fiscales en Estados Unidos y el temor a un Brexit sin acuerdo en Europa, activó la toma de beneficios en las bolsas, tras el rally de noviembre. El EuroStoxx 50 retrocedió en la semana un 1,51% con el IBEX 35 a la cabeza de las caídas con una caída semanal del 3,12%. Al otro lado del Atlántico el S&P 500 retrocedió un 0,96%, siendo el tecnológico del Nasdaq 100, con una caída semanal del 1,22%, el que peor desempeño mostró en Wall Street.
La salida de dinero de la bolsa y los nuevos estímulos monetarios anunciados por el BCE, llevaron a una nueva caída de la rentabilidad de la deuda europea. El hecho histórico de la pasada semana fue que España subastó por primera vez deuda pública a 10 años con interés negativo. Además, la TIR de la deuda española a 10 años en circulación se situó por momentos con tipos inferiores al 0%, cerrando la semana con una tasa pírrica del 0,007%.
La liquidez sigue inundando el mundo, el BCE anunció un aumento en su programa de compras de 500.000 millones, al que habrá que añadir el aumento que previsiblemente anunciará la Reserva Federal estadounidense en su reunión de tipos del próximo miércoles.
El objetivo es mantener el flujo de crédito en apoyo de la economía. Mantener los costos de los préstamos bajos para los gobiernos, los hogares y las empresas hasta que la pandemia se solucione. El efecto colateral es que el precio de los activos financieros deje de reflejar los aspectos fundamentales de la economía. El riesgo está en convertir la cotización de los bonos en un elemento meramente especulativo muy lejos de ser una referencia de la calidad del emisor y del vencimiento de los mismos. Aunque, no podemos negar que en la valoración de cualquier activo existen elementos especulativos, la cuestión está definir si el peso de los mismos les invalida como representación de los aspectos fundamentales.
Por el momento y mientras se mantengan los diferenciales de los bonos europeos respecto al bono alemán, considerado como el activo sin riesgo, podríamos decir que los componentes especulativos no están dominando el precio. Lo que estamos viendo es un desplazamiento de los tipos de interés hacía izquierda en la recta numérica. Es una cuestión matemática consecuencia de la gran liquidez, que por ahora no nos debería preocupar y a la que nos tenemos que acostumbrar.
Pero, sí que deberíamos estar muy atentos a la reducción de los diferenciales que he comentado. Esto sí que supondría un aumento del componente especulativo de los bonos y el riesgo de una mayor volatilidad en estos activos. Mientras esto no se produzca la estabilidad dominará en la renta fija.
La facilidad de crédito, la liquidez abundante y los programas de recuperación, destinados a regar el campo de la economía mundial, ayudarán a su recuperación, pero también correrán hacia otros campos aledaños. Los mercados de renta fija y las bolsas van a recibir gran cantidad de liquidez sobrante que no ha sido retenida en las tierras de la economía productiva. En algunos valores ya está produciendo, pero todavía deberíamos esperar una subida general de cotizaciones y la reducción de su rentabilidad por dividendo. Y esto no nos debería llevar a pensar que los valores están caros, como ya estamos escuchando, sino que están sufriendo en su rentabilidad por dividendo un desplazamiento a la izquierda en la recta numérica, como sucede con la rentabilidad de los bonos y también como consecuencia de la abundante liquidez.
Todo esto nos lleva a pensar que estamos en un momento muy propicio para la inversión, en el que el respaldo de los bancos centrales al sistema financiero, con sus programas de liquidez y los gobiernos, con sus programas de estímulos fiscales, van a generar a corto plazo una inflación en los propios activos financieros, incluidos los valores bursátiles. Por otro lado, las resoluciones positivas a las incertidumbres, que se nos abrieron en este año 2020, ayudarán a que los datos macroeconómicos continúen mejorando y aportando estabilidad.
La semana en la que entramos vendrá marcada por las reuniones de tipos de la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. El culebrón de Brexit puede generar cierta volatilidad a lo largo de la semana, aunque no parece que va a ser un elemento desestabilizador de la tendencia de los mercados. Por otro lado, el viernes tendrá lugar la llamada cuádruple hora bruja, en la que coincide el vencimiento de los futuros sobre índices, opciones sobre índices, futuros sobre acciones y opciones sobre acciones. Esto también puede generar cierta volatilidad en el mercado al final de la semana.