Para caracterizar la opinión de Alemania sobre los eurobonos es como una oposición abierta inexacta y exagerada. Desde hace mucho tiempo, la canciller Merkel y el ministro de Finanzas Schaeuble, han afirmado que cualquier discusión sobre los eurobonos era prematura sin la implementación de un pacto fiscal eurozona. Este último ha sido acordado por los líderes europeos y ahora está en proceso de ser votado por varias legislaturas y parlamentos nacionales. Por ejemplo, Angela Merkel, sostuvo en una reunión con la oposición de los Social demócratas ayer en Berlín para discutir el paso del pacto fiscal, que requiere una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para pasar a través de el. Al mismo tiempo, Alemania está presentando una alternativa a la idea eurobonos. Hace seis meses, el Consejo Alemán de Asesores Económicos recomienda que el Pacto de Redención Europea (ERP) sea establecido, en virtud del cual un país participante podría refinanciarse a través del Fondo de Redención Europeo hasta el punto en que la deuda refinanciada (debajo de la FER) llegó a la diferencia actual entre la deuda pendiente y la deuda hipotética que equivaldría a l 60% del PIB.
El FER tendría una duración limitada (por ejemplo, 25 años) y se exige a los participantes a inscribirse para frenar el avance de la deuda (en otras palabras, tendría que ser insertado en las constituciones nacionales). Además, cada participante garantizaría su propia deuda en el fondo mediante la presentación de un depósito del 20% en forma de reservas de divisas y / u oro. Esta propuesta tiene mucho mérito y está siendo perseguida por Berlín como un antídoto a las ideas que están siendo generadas por los miembros del bloque América. La idea es incentivar y fomentar la amortización de la deuda en lugar de la acumulación de deuda. Queda por ver si esta propuesta recibe la tracción entre los responsables políticos europeos.