De acuerdo a la teoría neoclásica los inversores son racionales, es decir, eligen aquellas alternativas que maximizan la rentabilidad esperada de acuerdo a un nivel de riesgo dado, o lo que es lo mismo, entre varios activos con igual rentabilidad esperada eligen aquellos que tienen menor riesgo. Sin embargo, con el transcurso del tiempo han surgido enfoques alternativos que tienen en cuenta las limitaciones de la naturaleza humana y explican que esa racionalidad es en realidad limitada, ya que el hombre posee una capacidad intelectual limitada y tiempo limitado para tomar decisiones, y por lo tanto, éstas no serán siempre óptimas.
Otra cuestión importante que ha surgido de estos nuevos enfoques radica en que los individuos somos aversos a las pérdidas, es decir que el sufrimiento causado por perder una suma de dinero es mayor al placer que genera ganar esa misma suma, y como consecuencia estaremos como inversores dispuestos a pagar un sobreprecio por productos con baja probabilidad de pérdidas.
Por supuesto que nuestras decisiones, incluidas las de inversión, no pueden escapar al contexto histórico en el que vivimos y dado que en la historia reciente de nuestro país las crisis han sido sorteadas por medio de devaluaciones, el inversor medio tiene al dólar como una opción segura para el ahorro. Por otro lado, dado que suele verse a los inmuebles como un refugio de valor y además debido al boom inmobiliario que se ha dado en la última década, a pesar del quiebre actual en la tendencia alcista de precios, la inversión en este tipo de activos ha sido elegida por una gran cantidad de argentinos.
Teniendo en cuenta la imposibilidad de reunir la gran cantidad de capital requerida para invertir en esta última alternativa junto con los altos niveles inflacionarios que fueron deteriorando en los últimos años el poder de compra de los individuos, una gran parte de la población se ha volcado al consumo. Como una consecuencia de esto, por ejemplo, hubo un aumento sostenido en el patentamiento de autos hasta el año pasado.
Veamos ahora si las rentabilidades obtenidas en los últimos años por algunas de estas opciones han superado o no a la inflación. Las alternativas de inversión incluidas en la lista son, por supuesto, sólo algunas de las que existen a la hora de invertir. Las tasas, que son rentabilidades nominales y en pesos, son anuales para los primeros tres períodos, mientras que para el año 2014 son las acumuladas entre Enero y Agosto.
En la siguiente tabla pueden observarse las tasas de rendimiento reales para las mismas inversiones:
A simple vista, surge que las rentabilidades de las inversiones en plazos fijos y en un fondo común de inversión de renta fija (tomando el fondo de renta fija de corto plazo con duration menor o igual a 0,5 de mayor patrimonio del país) no superaron a la inflación, medida por el índice IPC Congreso, en ninguno de los cuatro períodos analizados.
La rentabilidad de los inmuebles, obtenida convirtiendo el precio promedio por metro cuadrado en CABA al tipo de cambio blue chip, ha superado en todos los períodos a la inflación. Si bien los precios han caído en los últimos dos años, la ganancia por tipo de cambio ha permitido que la rentabilidad siga por encima de la inflación. Además, debe tenerse en cuenta que a estos porcentajes debe adicionarse la rentabilidad por el alquiler que en promedio fue del 3% neto anual (5% bruto). Otro aspecto a considerar antes de realizar este tipo de inversiones son las necesidades de liquidez que podrían generarse, ya que estos son activos ilíquidos.
Comprar dólar blue, también superó a la inflación en todos los períodos bajo análisis excepto en 2011, que fue el año en el cual comenzaron a instrumentarse las medidas que fueron luego denominadas “cepo cambiario”.
Con respecto al índice Merval, podemos observar que no ha superado a la inflación en 2011 (año en que se observaron rendimientos negativos) y 2012, pero sin embargo ha experimentado subas siderales en los dos últimos períodos analizados, triplicando el índice de inflación y obteniendo las mayores rentabilidades de las alternativas analizadas. Para hacernos una idea del riesgo de esta inversión, es necesario tener en cuenta que la volatilidad es del orden del 40%.
Por último, se incorpora a la lista el índice S&P 500, cuya rentabilidad, calculada en pesos al tipo de cambio contado con liquidación, ha superado a la inflación en los últimos tres períodos bajo análisis, obteniendo enormes ganancias en pesos. Sin embargo, para realizar esta operación es necesario tener una cuenta en el exterior. La volatilidad de este índice es del orden del 10%.
Luego de ver los resultados, puede inferirse que debido a la depreciación que viene sufriendo el peso durante los últimos años, las inversiones atadas al dólar han tenido rendimientos que superaron la inflación.
Sin embargo, si no consideráramos la inversión en acciones, dado que es más riesgosa que las demás inversiones analizadas (y es acá donde vuelve a aparecer el concepto de aversión a la pérdida), nos estaríamos perdiendo de antemano la oportunidad de obtener grandes rentabilidades.
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