Que no le vuelvan loco. Hace unos días comí con uno de los gestores de moda de la Bolsa española. Parte del diálogo: "Los bancos centrales han secuestrado a los Mercados. Vivimos bajo una dictadura financiera nunca conocida, que nos ha adentrado en un mundo desconocido. Todos coincidimos, con números en la mano, en que los bancos centrales entraron en una carrera desenfrenada cuyo desenlace ignoran, porque aunque tienen previsto en el guion no está demostrado que ese guion sea el correcto. En su afán por evitar la deflación, mejorar las constantes vitales de una economía global agónica en el Mundo Global, y taponar la enorme herida abierta por las cifras de paro creciente, los bancos centrales han sacado toda su artillería. Han inundado los mercados de liquidez, que, como demuestran las últimas cifras, está muy mal repartida: unos cuantos bancos de inversión, principalmente anglosajones, se han quedado con la mayor parte, que para eso se sacaron de la manga este invento. Han llevado los índices bursátiles en volandas y afianzado en los mercados la peor de las situaciones: el Intervencionismo. El inversor final sigue presa del desconcierto, ahora que aún no se ha recuperado del pánico, de las pérdidas atroces generadas con la gran crisis financiera"
"Los bancos centrales han creado un monstruo horrendo, un monstruo de siete cabezas, incluso más, que inquieta a todos, también a los propios bancos centrales. Los mercados no contemplan, desde hace tiempo, los fenómenos normales, solo se fijan en los paranormales. Los que no creían en espíritus y otras cantinelas comienzan a tener pesadillas por las noches", me comenta.
"Pero he descubierto que esto no sirve para nada, que estrujarse la cabeza sólo provoca ansiedad y acelera el estrés. Lo que ha de ser será. Lo hemos visto con el Brexit, con la llegada al poder de Trump y lo que nos falta por ver. Los mercados ya no anticipan nada", termina.