El petróleo y sus avances en el mercado desde finales del año pasado están presentando mejoras casi pre-pandémicas. El precio está un su mejor momento alcanzado máximos que no se vieron durante mucho tiempo en 2020.
Sin embargo, no hay que desestimar dos elementos claves que pueden mover la balanza energética este año de forma inesperada.
1. La demanda de crudo y el precio no están correlacionados
Tras la reunión de la OPEP+ la semana pasada, donde se presentaron muy buenas noticias para el precio, los inventarios de crudo presentan una disminución considerable, debido tal vez al fuerte invierno polar que está viviendo EE.UU., además de Europa y Asia. Muestran un panorama alentador para este recurso energético.
Lo que no estamos teniendo en cuenta es que las reservas de petróleo de la OCDE están 160 millones de barriles por encima de la media de cinco años. Eso significa que este incremento en el consumo apenas es un punto en el universo del petróleo crudo.
Esto significa que nos estamos viendo un empuje del precio por demanda, sino por especulación, donde los diversos actores con interés económicos muy claros pujan dibujar un panorama alentador para los inversionistas. Esto causa una perdida de la "Correlación", Precio-Demanda.
Por esta razón resulta más lógico analizar la demanda desde el consumo directo que están teniendo las principales industrias y países consumidores, que por medio de sus refinerías impulsan la verdadera demanda.
2. Biden
Como sabemos este nuevo mandato en EE.UU. estará enfocado en otro tipo de energías, dejando de lado progresivamente el apoyo a la industria petrolera.
Empresas como NextEra están presentando un crecimiento escalonado y progresivo desde el último semestre del 2020. Esto a todas luces muestra un panorama alentador para este sector, que siempre ha estado a la sombra del que por mucho tiempo ha sido el hijo preferido de la gran potencia.
La diferencia en el uso de las políticas económicas orientadas el sector energético entre el gobierno saliente y el entrante son evidentemente muy marcadas, lo que no sabemos es que tanto puede esto afectar al mercado petrolero que lucha incansablemente por recuperarse desde ese abril "negro" (valga la ironía).
Solo resta esperar y estar pendiente a las señales que nos muestra el mercado, por ahora el comportamiento aunque se muestra fuerte y sólido al alza puede tener un fuerte revés en la medida que se aclara el ambiente macroeconómico.