Al 31 de marzo de 2016, la deuda externa de Bolivia es de USD 5.775 millones, compuesta de USD 4.204 millones (73%) de deuda multilateral, USD 571 millones (10%) de deuda bilateral y USD 1.000 millones (17%) en bonos soberanos emitidos.
De manera general, casi una tercera parte de su deuda externa corresponde a la Corporación Andina de Fomento (CAF (MC:CAF)) con USD 1.806 millones (31%), una cuarta parte al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con 1.431 millones (25%) y 8% corresponde al principal acreedor bilateral, China, con USD 441 millones.
En el pasado, Bolivia llegó a tener una deuda del 90% del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, entre 2005 y 2006, como consecuencia de la condonación de deudas, bajó casi a cero por ciento y, posteriormente, empezó a subir en la gestión del presidente Evo Morales, producto del crecimiento de las inversiones.
El gobierno boliviano indicó que seguirá endeudándose de manera “razonable” y que la deuda externa no sobrepasará el 50% del Producto Interno Bruto (PIB), que alcanzó a USD34.493 millones el 2015.
La República de China ha aprobado un crédito de aproximadamente USD 7.500 millones, y se están negociando tasas de interés comercial y concesional entre el 1% y 4%. Por tanto, al hacerse una realidad, la deuda externa subiría hasta el 34% y el 35% del PIB, convirtiéndose China en el principal acreedor. Por otro lado, la deuda externa de Bolivia estaría creciendo a más del doble.
El gobierno boliviano afirma que esta fuente de financiamiento ayudará a cumplir el plan quinquenal que establece un ascenso del PIB nominal de USD34.493 millones en 2015 a USD55.000 millones en 2020 y una inversión estatal en el quinquenio 2015-2020 de USD48.574 millones. A través de la inversión pública se pretende la construcción de hospitales, escuelas, carreteras y profundizar la industrialización del país.
El crédito chino se destinará a la ejecución de 9 proyectos estratégicos que serán ejecutados por empresas chinas, integrando el eje troncal del país (La Paz – Cochabamba – Santa Cruz) con el norte a través de la construcción de carreteras, incluyendo también la construcción de aeropuertos, una ferrovía y una hidroeléctrica en Santa Cruz.
Si bien Bolivia atraviesa por una etapa de solvencia económica y de constante mejora de su calificación de riesgo país (BB), que la implementación de estos proyectos se traduzca en mayor desarrollo económico dependerá de la eficiente y responsable ejecución de los recursos, generando también empleo de mano de obra boliviana (y no solamente china) y teniendo en cuenta por sobretodo, que los préstamos hay que pagarlos.