Semana irregular la anterior para las bolsas de renta variable, donde el Euro Stoxx 50 volvió a ganar altura para mantener la impresionante línea de tendencia que presenta desde la zona de mínimo de la actual recuperación, tal y como puede verse en el gráfico adjunto.
Al otro lado del charco, de nuevo brilló la tecnología; con el Nasdaq 100 batiendo su máximo histórico en versión total return, aunque sin duda lo más importante para mí resultó el empujón experimentado por el Russell 2000.
El índice, donde cotizan las mayores smallcaps del mercado norteamericano, se quedó a las puertas de superar a los máximos de septiembre y, con ello, de confirmar un patrón de tipo doble suelo s-1s2- como el que ya presenta el Standard & Poor´s 500 (y el Euro Stoxx 50 o el Dax en Europa).
Con algunos índices largecap en zona de máximo previo, que es histórico, esta eventualidad reforzaría netamente a un mercado que ha escalado con algunas debilidades de amplitud de las que se paradigmática la divergencia que ofrece una vez más un Dow Jones Transportes muy retrasado en términos relativos.
Pero sin duda lo más destacable de la semana estuvo en área dólar aunque fuera de la renta variable… Tanto en los bonos a 10 años del Gobierno de Estados Unidos como en el propio comportamiento del billete verde.
Como puede verse en el gráfico adjunto, la rentabilidad del T-Note ha propuesto un segundo patrón de tipo doble suelo -s1s2- superando la zona del 2,30 por ciento. Y esto, facilitado el viernes con la publicación de los datos de desempleo norteamericanos, sugiere un claro cambio de tendencia más allá del corto plazo.
Exactamente lo mismo sucede para el Dollar Index, donde el doble suelo confirmado en cierre semanal es espectacular y parece sugerir que el EUR/USD no sólo va a irse a tantear la zona de gran soporte de largo plazo que tiene en niveles de 1,05 sino más allá para poner a prueba la paridad. Estas circunstancias, desde hace tiempo, son más alcistas que bajistas en tendencia para la renta variable.