El inicio de una nueva semana no trae aires renovados a las bolsas europeas, que vuelven a pronunciar sus desplomes, extremando más aun el escenario abierto el 11 de agosto. Las caídas han llegado a superar el 3%, y tienen, como no podía ser de otra forma, a China como único causante.
La Bolsa de Shanghái se ha dejado un 8,4% en la sesión de hoy, arrastrando con ella a todos los mercados de la región. El Nikkei, sin ir más lejos, ha caído un 4,6%.
Y con esta condición de partida, a Europa no le queda sino ceder más posiciones, aumentar la dramática sobreventa que alberga y retrasar cualquier intento de rebote, que sin duda llegará cuando los mercados chinos den una tregua.
Las autoridades del país, obsesionadas con relanzar el crecimiento, han decretado hoy que los Fondos de Pensiones chinos puedan invertir hasta un 30% de su capital en bolsa, lo que podría suponer una inyección de cerca de 300.000 millones de euros.
Además, se especula con una bajada del coeficiente de reservas bancario en el corto plazo, medidas que se suman a las ya anunciadas, y que van encaminadas a combatir la desaceleración económica y el desplome de los mercados chinos, pero que hasta la fecha no han tenido el efecto que buscaban.
El viernes Europa cerró también con caídas cercanas al 3%, totalizando ya un descenso cercano al 12%, en la mayor corrección registrada en mucho tiempo. Si sumamos el 3% de hoy, tenemos ya caídas del 15% en dos semanas, ante el temor de que China presione seriamente a la baja el crecimiento mundial.
Wall Street, que hasta ahora se había resistido mucho más que Europa a las caídas, también tuvo el viernes los mayores números rojos del año, después de haber caído con mucha fuerza también el jueves. El S&P 500 descendió un 3,51%, mientras que el Nasdaq lo hizo en un 3,18%. Apple (NASDAQ:AAPL) tuvo su peor sesión desde el 2011, cayendo más de un 6%, dada su exposición a China.
Hoy no tenemos datos macroeconómicos que destacar ni en Europa ni en EE.UU., mientras que el mercado de divisas y el mercado de materias primas, también ofrecen importantes movimientos que vienen a añadir malas noticias a las Bolsas.
Con todo lo que está sucediendo en China, el dólar también está cayendo con fuerza, convencido de que no será septiembre el mes elegido para subir tipos de interés. Por tanto, el EUR/USD sube, y ya se acerca a la zona de 1,15, máximos relativos de los últimos seis meses.
Entre 1,1460 y 1,1530, el par tiene una importante zona de resistencias que es improbable que consiga pasar, siendo los niveles actuales interesantes para valorar posiciones cortas en el medio plazo. La subida del euro, siguiendo el patrón que se ha producido en otras ocasiones este año, no gusta en absoluto a las Bolsas europeas.
A Wall Street, tal y como hemos indicado, también le afecta muy negativamente el desplome del crudo, que se encuentra en clara espiral bajista desde finales de junio. En un primer momento, el mercado comenzó a valor el aumento de la oferta, fruto del fin de las sanciones a Irán.
Pero por supuesto, en las últimas fechas, ha pesado el temor a un shock de demanda, fruto de lo sucedido en la economía y en los mercados chinos. De esta forma, el petróleo se encuentra en mínimos desde el 2009, y está resultando ser un termómetro de la percepción de los inversores sobre el futuro de la economía mundial.
En resumen, todos los factores bajistas que citábamos el viernes pasado, dan hoy un paso más. La situación es muy complicada e imprevisible. Lo más probable es que estemos ante un importante rebote, siendo imposible saber cuánto durará.
En el momento en el que los mercados chinos o los datos macroeconómicos chinos den alguna buena noticia (aunque aislada), los selectivos europeos rebotarán con fuerza en el corto plazo.
La duda está en saber si tras ese rebote, volverán a caer, o renacerán de las cenizas y recuperarán gran parte del enorme terreno perdido en las últimas dos semanas.